Agrocantabria se impulsa en sus piensos y la leche de sus socios para cerrar un 2023 en verde
La cooperativa agrícola y ganadera más importante de Cantabria terminó el pasado ejercicio con cifras de negocio positivas. Vendió un 8% más que el año anterior, y facturó unos 85 millones de euros, casi la mitad por la venta de piensos propios y algo menos de un tercio por la venta de leche a la industria quesera. Además, Agrocantabria sumó una séptima cooperativa, la SAT Valle de Aras, con la que se han alcanzado los 2.816 miembros.
Francisco Rouco | Octubre 2024
Por cuarto año consecutivo, la principal cooperativa agroganadera de Cantabria repitió resultados en verde: vendió un 8% más y facturó casi 85 millones de euros en 2023. Y también creció con la incorporación de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) Valle de Aras, con 96 nuevos integrantes. “Ha sido un año francamente positivo”, valora Jacobo Alonso, director de Agrocantabria, que matiza algunas cifras: “La facturación estuvo muy condicionada por el precio elevado del coste de la materia prima, de la leche y de la carne. El dato importante es el del aumento de las ventas, porque crecer en un sector como el nuestro no es fácil”.
Creada en 2006, Agrocantabria es una cooperativa de segundo grado, es decir, una cooperativa de cooperativas. Integra siete asociados: Cooperativa Lechera SAM, Cooperativa Siete Villas, Cooperativa Cuenca del Besaya, Cooperativa Virgen de Valvanuz, SAT Valle de Soba, SAT Liébana-Peñarrubia y, la última en llegar, SAT Valle de Aras. En total, 2.816 socios, que para formar parte de Agrocantabria deben realizar una aportación única de 1.000 euros, entre 800 de capital social y 200 de cuota.
La actividad de Agrocantabria se divide en dos grandes bloques. El primero lo forman los servicios agropecuarios que ofrece a sus socios, donde se integra el producto estrella de la sociedad: los piensos a la carta. El segundo bloque incluye la venta de leche a la industria quesera y la venta de carne a distribuidoras con destino a las grandes superficies y la hostelería. De los 85 millones de euros aproximados de facturación en 2023, la venta interna de los piensos ascendió a más de 40 millones, la de leche a cerca de 30 y la de carne a unos 12 millones. “Somos autosuficientes gracias a lo que los socios nos compran o venden”, resume el director de la cooperativa.
Elaboración y venta de piensos
Entre los servicios agropecuarios y veterinarios que Agrocantabria facilita a sus socios destacan la supervisión de la calidad de la leche, controles de reproducción, instalación de maquinaria de ordeño, medición de calidad de la tierra, nutrición animal o suministro de combustible. Utilizan uno o varios de estos servicios unos 600 ganaderos. “Tratamos de acompañar a nuestros socios para hacerles ganar tiempo y que se dediquen a su trabajo, que es producir alimentos para dar de comer a la población, despreocupándose de las compras o los aprovisionamientos”.
De toda la oferta de servicios, el más representativo es la elaboración y venta de piensos, pues supone cerca de la mitad de la facturación total de la cooperativa. Aunque hay fórmulas de composición estándar, la mayor parte de los piensos son a la carta. Se analiza qué pastos o recursos en silo tiene la ganadería en su explotación, y se propone una fórmula para complementar las deficiencias nutricionales. Como señala el director de Agrocantabria, el objetivo es que el profesional optimice la alimentación de su ganado: “Que le cueste poco no porque sea barato, sino porque compra lo que necesita”.
La otra línea de negocio de Agrocantabria es la comercialización de la leche y la carne que producen sus socios. En cuanto a la leche, la cooperativa recoge la producción de cerca de 270 ganaderos, más o menos un tercio de los productores de leche de la región. Al mes, unos 5,5 millones de litros. La mayoría de este producto se vende a la industria quesera, y solo una pequeña parte se reserva para producir el queso Pasto Real, una marca propia de Agrocantabria.
Carne con sello de calidad
La cooperativa también comercializa la carne de sus socios, casi toda de vacuno. Para ello se utiliza la identificación geográfica protegida (IGP) Carne de Cantabria, una certificación de calidad que, desde 2022, avala la Unión Europea y controla la consejería del ramo a través de la Oficina de calidad alimentaria (Odeca). Esta IGP se suma a otras cuatro activas de la región: Sobao Pasiego, Vino de la tierra Costa de Cantabria, Vinos de la tierra de Liébana y, desde julio de 2024, Patatas de Valderredible.
Agrocantabria recoge la carne de cerca de 400 ganaderos, lo que supone unas 220 toneladas mensuales, y la despieza y elabora, de ser necesario, en su planta de Guarnizo. La cooperativa tiene acuerdos con grandes distribuidoras para que la envíen a los mostradores de los principales supermercados de Cantabria, incluso de fuera. “Vendemos una carne de muchísima calidad e intentamos que el consumidor nos lo reconozca y pague un poquito más por ello. Para esto es importante que toda la cadena se haga con muchísimo mimo y de forma segura y profesional. Desde la cría del animal, su alimentación, el sacrificio y el procesado de la carne”, explica el director de Agrocantabria.
En 2022, Agrocantabria reforzó el canal de venta a hostelería con un acuerdo con Makro. Hasta ese momento, la cooperativa se topaba con un obstáculo logístico importante: quería mantener su principio de kilómetro 0, pero el volumen de pedidos que demandaban los restaurantes cercanos no justificaba el transporte. “No tenía mucho sentido llevar a un restaurante de Picos de Europa una plana de 8 kilos para filetes”. Gracias a que la distribuidora integra en cada envío no solo el pedido de carne, sino también el de otros productos y materias primas, Agrocantabria puede incluir en cada viaje los pedidos de sus clientes de hostelería, aunque sean reducidos. “El balance del acuerdo es muy positivo, hemos podido llegar a restaurantes donde antes no llegábamos”.
Una salida para los productores de leche
Para la cooperativa, la distribución de la carne resulta minoritaria tanto en facturación como en volumen. Sin embargo, su director la califica de “importante”, porque producir carne es una vía alternativa para quienes antes se dedicaban a producir leche, actividad que desde hace lustros acumula abandonos en Cantabria. En 2001 el número de ganaderos con entrega de leche ascendía a 3.811; en 2018, a 1.209. Los datos más recientes, de 2023, los cifran en 834. Sin embargo, en aquel lejano 2011 la producción de leche era de 487.244 toneladas al año, cifra no tan distinta a las 397.371 de 2023. Es decir, en algo más de 20 años se ha perdido el 77% de ganaderos dedicados a la leche, pero la producción únicamente ha descendido un 18%. Este fenómeno se explica porque las granjas lecheras más pequeñas han desaparecido o se han redimensionado, al tiempo que han adquirido maquinaría e instalaciones para optimizar el ordeñado.
«Comercializar la carne de ganaderos que antes producían leche es importante, porque hemos podido recoger a aquellos ganaderos de zona de montaña que, por una u otra razón, no podían seguir adelante». Jacobo Alonso, director de AGC
Pero tal y como recuerda Jacobo, esta transición ha sido imposible para muchos ganaderos. Además de la inversión en maquinaria e instalaciones más avanzadas, la producción de leche exige cumplir ciertas condiciones como la recogida diaria o cada dos días de leche o la estabulación de vacas, lo que muchas veces implica la construcción de establos. Para el director de Agrocantabria, aunque la normativa para producir carne también es demandante, las explotaciones ganaderas actuales en Cantabria lo tienen más sencillo si pasan de producir leche a carne. Los establos tradicionales de la región son compatibles con las exigencias para producir carne, y lo mismo sucede con los pastos naturales, que las reses destinadas a sacrificio pueden comer sin condicionantes. “Para nosotros, comercializar la carne de ganaderos que antes producían leche es importante, porque hemos podido recoger a aquellos ganaderos de zona de montaña que, por una u otra razón, no podían seguir adelante. Ahora pueden seguir viviendo en sus entornos rurales y continuar con una actividad que, de otro modo, habría desaparecido”, subraya Jacobo.
Como balance, el director de Agrocantabria se muestra muy satisfecho con el crecimiento de la sección de carne en particular y el devenir de la cooperativa en general. “Dentro de que el número de ganaderos se va reduciendo por razones demográficas y naturales, cada vez hay más ganaderos que confían en nosotros. Quienes llegan son más grandes y consumen más, y sustituyen a quienes por desgracia dejan de estar. Podemos decir que el balance de 2023 ha sido francamente positivo”.