Atecsol se mueve para crecer

La empresa cántabra, especializada en la fabricación de equipos industriales y recargues por soldadura, se traslada a unas nuevas instalaciones y aumenta su capacidad para dar respuesta a proyectos ya contratados y para atender las  necesidades que puedan surgir en el futuro. Inmersa en un plan estratégico basado en la internacionalización, diversificación sectorial y especialización en productos de alto valor añadido, Atecsol ha conseguido dejar atrás los años más duros de la crisis y confía en aprovechar la reactivación de inversiones ligadas a la esperada recuperación de los precios del petróleo.

Texto de Jose Ramón Esquiaga @josesquiaga

Apoyada en una estrategia que ha alimentado un crecimiento sostenido en su cartera de pedidos, Atecsol acaba de culminar un traslado que supone, en la práctica, una clara mejora en su capacidad para dar respuesta tanto a los contratos ya cerrados como a los proyectos que estén por llegar. La empresa cántabra, dedicada inicialmente a las soldaduras especiales pero con una cartera de producto cada vez más diversificada, opera ya desde sus nuevas naves en el polígono de Trascueto, que con 2.500 metros cuadrados suponen una mejora notable en capacidad respecto a las antiguas de Gajano, no solo en dimensiones sino, sobre todo, en capacidad productiva.

La nueva instalación cuenta con puentes grúa dobles en cada una los cuatro módulos que la componen, lo que permite el manejo de piezas de hasta 32 toneladas, pudiendo llegar a las 100 toneladas con grúas móviles dadas sus características. En comparación con las naves de Gajano, eso supone un incremento de capacidad del 45 y el 60% respectivamente. Coincidiendo con el traslado, la empresa ha contratado a tres nuevos trabajadores, y tiene previsto hacer lo propio con un cuarto. Con todo ello estaría en disposición de afrontar los objetivos  de crecimiento que se plantea para el futuro más inmediato.

Productos

La empresa cuenta con dos líneas de negocio diferenciadas, por un lado, la fabricación de equipos y componentes industriales y por otro, el recargue por soldadura, ambos destinados a los mismos sectores, pudiendo llegar a formar parte de un mismo proyecto. En cualquier caso, se trata siempre de trabajos con fuertes requisitos, destinados a la industria nuclear, la petroquímica, el oil-gas y las renovables. La especialización en esos productos de alto valor añadido es una de las líneas claves de la estrategia de la empresa, que se completa con una decidida apuesta por la internacionalización y por la diversificación. Sobre esos tres pilares, se asienta un crecimiento que ha permitido a la empresa dejar atrás los peores años de la crisis y dar un salto que les llevó en 2012 a doblar prácticamente las cifras de los dos ejercicios anteriores llegando en el año 2015 a los 2,5 millones de euros.

En la actualidad cuenta con contratos cerrados por importe de más de un millón de euros hasta 2017. Esa es la base sobre la que se asientan unas perspectivas que Enrique Abad, gerente de la empresa, califica de razonablemente optimistas. El tirón de los mercados exteriores –la empresa forma parte del consorcio de exportación Santander Global Metal– la entrada en nuevos sectores, como la depuración de aguas, o la esperada recuperación del precio del crudo, que debería reactivar las inversiones en ese campo, son las principales claves que apunta Abad para alcanzar los objetivos planteados, para los que la capacidad de las instalaciones ya no supondrán ningún condicionante.