El programa de ayudas a la digitalización para pymes y autónomos es el más capilar de los planes que financian los fondos europeos, y también el que plantea mayores dificultades para alcanzar los objetivos. Hasta junio, el Kit Digital había llegado a más de 200.000 beneficiarios y repartido más de 1.500 millones de euros, cifras notables pero que apenas alcanzan la mitad de los objetivos planteados cuando arrancó el plan, cuya finalización está prevista en diciembre.
José Ramón Esquiaga | @josesquiaga | Octubre 2024
De entre todos los programas de ayudas que se nutren de los fondos europeos, ninguno alcanza la capilaridad del Kit Digital, concebido para apoyar a pymes y autónomos en su transformación digital y diseñado con el propósito de llegar a un alto número de beneficiarios con importes unitariamente modestos –el bono de partida es de solo 2.000 euros–, pero que suman en conjunto un enorme volumen de inversión. Es precisamente lo cualitativamente ambicioso de ese planteamiento –en presupuesto, pero sobre todo en potenciales destinatarios– el principal reto al que se ha enfrentado la iniciativa, dirigida a beneficiarios con estructuras modestas y, por ello, poco propicias para moverse por el laberinto administrativo que supone la tramitación de las ayudas. Con los datos que facilitó en junio Red.es –la entidad púbica encargada de gestionar el Kit Digital– el programa ha confirmado su capacidad para hacer llegar las ayudas europeas a todas las capas del tejido productivo, pero también lo complejo que va a ser llegar a cubrir los objetivos iniciales.
La idea de dar un renovado impulso al programa, y evitar un horizonte en el que no se agote el presupuesto asignado, está detrás de la incorporación de una nueva categoría, destinada a que los autónomos y las empresas más pequeñas –de entre 0 y tres trabajadores, las que constituyen el segmento III en la clasificación de beneficiarios que hace Kit Digital– adquieran hardware con determinadas características. Serán 1.000 euros para quienes ya hayan utilizado el bono en anteriores convocatorias, y 3.000 para quienes lo solicitan por vez primera.
Además de esta novedad, que más allá de la incorporación de una nueva solución subvencionable no supone un cambio significativo en la naturaleza del plan, Red.es anunció en junio la puesta en marcha de Kit Consulting, un bono que, a diferencia de los concedidos hasta ahora en el marco de Kit Consulting, financiará servicios de asesoramiento para la trasformación digital. La cuantía es también significativamente mayor que la de los bonos del Kit Digital, al alcanzar los 24.000 euros para las empresas de entre 100 y 250 trabajadores, los 18.000 para las que tienen entre 50 y 100 trabajadores y los 12.000 para las que cuentan con plantillas de entre 10 y 50 empleados. El catálogo de servicios que cubre Kit Consulting incluye el asesoramiento en ciberseguridad, análisis de datos, comercio electrónico, procesos de negocio o de producción, ciberseguridad, estrategia de negocio y asesoramiento en transformación digital.
Según los datos dados a conocer por Red.es en junio, hasta esa fecha eran más de 200.000 las pymes y autónomos que se habían beneficiado del programa, aproximadamente la mitad englobados dentro del segmento II (empresas de entre 3 y 9 empleados) y el resto repartidos a partes más o menos iguales entre los segmentos I y III (de 10 a 49 y de 0 a 2 trabajadores, respectivamente). En total, y de acuerdo a esa misma fuente, se han repartido algo más de 1.500 millones de euros en ayudas con cargo al Kit Digital.
Con ser notables, las cifras quedan lejos de los objetivos y presupuesto con los que nació el plan en marzo de 2022. En aquel momento se hablaba de un millón de empresas potencialmente beneficiarias, una cifra que posteriormente se redujo a la más realista de 676.000. No ha variado, en cambio, el importe de los fondos que se quiere hacer llegar al tejido productivo: 3.067 millones de euros que solo podrían alcanzarse doblando lo que hasta ahora ha sido capaz de repartir el programa. De no mediar una prórroga que se considera más que probable, el Kit Digital en su planteamiento inicial finalizará el 31 de diciembre de este año, y el 31 de octubre del que viene en la nueva categoría habilitada para el segmento III. Para el Kit Consulting, cuyo plazo de solicitud se abrió el pasado 18 de junio, el plazo se cerrará al tiempo que el Kit Digital, el último día de 2024.
Sin cifras del Kit Digital en Cantabria
Aunque Red.es no facilita estadísticas segmentadas por comunidad autónoma, la referencia de los datos que maneja la Cámara de Comercio de Cantabria se mueve en cotas proporcionalmente acompasadas con las del conjunto de España. La entidad cameral es la encargada de la gestión del Kit Digital para las empresas de Cantabria, exceptuando las de la comarca del Besaya, en las que esa responsabilidad corresponde a la Cámara de Comercio de Torrelavega. La de Santander había tramitado hasta junio bonos por valor de más de algo más de 19 millones de euros, lo que situaría a Cantabria ligeramente por encima de ligeramente por encima de lo que le correspondería por su peso económico en el conjunto del país.
Tras un arranque titubeante, marcado por la incertidumbre sobre todo el proceso, el sistema de tramitación y concesión de las ayudas ha alcanzado en Cantabria una velocidad de crucero que ha permitido paliar, cuanto menos en parte, algunos de los principales obstáculos que lastraban su desarrollo: lo farragoso del sistema y los largos plazos que mediaban entre la facturación del servicio y el cobro de la ayuda.
A diferencia de otros programas, en los que el beneficiario adelanta el pago y luego recibe la ayuda, con el Kit Digital únicamente debe abonar el importe del IVA, y es quien presta el servicio el que recibe el pago de la ayuda. En la práctica, esto implica que los agentes digitalizadores –las empresas que prestan los servicios– deben asumir la demora en el cobro que implica la propia tramitación, a la que hay que sumar la que ya recogen las propias condiciones del programa, que contempla un pago cuando se valida que el contrato es subvencionable y otro cuando se han completado los trabajos. Dependiendo de la solución contratada, ese pago inicial puede ser del 70% del bono, pero en el caso de las redes sociales es solo del 40%. Francisco Dueñas, responsable de tramitar todo el proceso desde la Cámara de Comercio de Cantabria, admite que todo lo anterior supuso que muchos potenciales digitalizadores renunciaran a tomar parte en el programa, aunque la agilización de los procedimientos corrigió en gran parte ese problema, aun persistiendo el condicionante que suponen el pago fraccionado. “Ahora mismo, el 95% de todos los acuerdos formalizados que hemos tramitado están pagados o validados para pago, y una vez se valida, el pago suele realizarse en 15 o 20 días, no creo que haya muchos programas de ayudas, de cualquier administración pública, que sean más ágiles”, asegura.