‘Cantabria Negocios’ pregunta a los candidatos sobre sus planes en relación a cuestiones concretas en el ámbito económico y empresarial, en un cuestionario común remitido a todas las formaciones con representación parlamentaria y a Podemos-IU

¿Cuál es, a su juicio, el principal problema de Cantabria en materia económica y cuáles serían, por tanto, la máxima prioridad de su Gobierno en este ámbito y la principal medida para darle respuesta?

Miguel Ángel Revilla (PRC):

 A pesar de lo mucho que hemos avanzado, sobre todo en materia de comunicaciones viarias, Cantabria sigue teniendo un déficit importante de infraestructuras ferroviarias y eso supone un lastre para nuestro desarrollo económico. De ahí que el PRC lleve tantos años peleando por garantizar la conexión por ferrocarril tanto con Madrid como con Bilbao. En el caso de la Meseta, hemos conseguido que por fin estén en marcha las obras del AVE, gracias al acuerdo negociado y firmado a nivel nacional por nuestro diputado José María Mazón. Ya hay varios tramos en obra, en las próximas semanas lo estará la última parte hasta Alar del Rey y el año que viene comenzará el tramo hasta Reinosa, puesto que ya está aprobado definitivamente el estudio informativo. El reto ahora es lograr la conexión con Bilbao y ése será el gran caballo de batalla de la próxima legislatura. Una vez garantizado el apoyo financiero del Gobierno de España y con el respaldo del Parlamento Europeo, aprobado hace escasas semanas, yo espero ver comenzar esa obra antes de poner fin a mi carrera política en 4 años.

María José Sáenz de Buruaga (PP):

La debilidad de su crecimiento, que se traduce en debilidad en la creación de empleo. Sistemáticamente crecemos menos y creamos menos empleo que el conjunto de España. Nos estamos quedando atrás y Cantabria se hace cada día más pequeña en economía, en industria, en empleo, en bienestar, en todo. Hay que reindustrializar Cantabria y generar servicios tecnológicamente avanzados y, para eso, tenemos que dejar de ser una tierra hostil a la inversión y a la colaboración público privada.

Pablo Zuloaga (PSC-PSOE):

La principal preocupación de cualquier gobierno en cualquier momento es la generación de empleo y dar salida y respuesta a las necesidades de las familias. Esto pasa también por responder a las preocupaciones del tejido productivo, esto es, las empresas y las industrias de Cantabria. En este momento las consecuencias económicas derivadas de la guerra de Ucrania son el primer foco de atención y por eso tenemos que seguir desarrollando proyectos y planes que permitan agilizar las inversiones para garantizar el tirón industrial de Cantabria, en unos datos que obedecen hoy a una creación de empleo por encima de la media de nuestro país, que garantizan a su vez una situación económica mejor en Cantabria que en el resto del país.

Félix Álvarez (CS):

Sin duda alguna, el mayor problema económico de Cantabria es la deuda pública. No sólo ha tenido este Gobierno de regionalistas y socialistas 2.200 millones más de presupuesto que en la anterior legislatura, sino, que, además, han generado 200 millones más de deuda. Esto no es sostenible para ninguna economía. Y el problema es que a estos manirrotos les siguen sin llegar el dinero. Nunca es suficiente. Entre 2019 y 2023, los cántabros hemos tenido que pagar más de 1.900 millones para pagar los intereses y la amortización de la deuda. El año pasado, concretamente, 500 millones. ¿Se imaginan ustedes que tuviésemos que destinar a la deuda sólo la mitad? ¿Qué este Gobierno pudiese disponer de 250 millones más para sanidad, educación, políticas sociales, inversiones, etc.? Es imprescindible optimizar los recursos, eliminar gasto superfluo, rediseñar el entramado público institucional y buscar el equilibrio presupuestario en la reducción del gasto.

Leticia Díaz (VOX):

Cantabria es una región empobrecida y con un grave problema de falta de tejido industrial y de envejecimiento de la población. En 2022 tuvimos un crecimiento del PIB de un 3,9%, una de las tasas más bajas de toda España, lo que, unido a la inflación, nos sitúa como una de las regiones que más poder adquisitivo ha perdido, un drama para muchas familias. Si no se abordan los problemas reales de Cantabria, de carácter estructural, seguiremos viendo limitada nuestra capacidad de crecimiento en los próximos años, lo que condiciona también la estabilidad y la calidad de la creación de empleo. Hay que revertir buena parte de las políticas que, hasta ahora, han llevado a cabo PRC y PSOE, porque necesitamos liberar a las familias y a las empresas de la asfixiante presión fiscal, que impide el aumento y la mejora de las contrataciones y que limita el consumo. El sector primario, seña de identidad de nuestra tierra, languidece en Cantabria, víctima de la falta de apoyo y la, cada vez más insoportable, burocracia. Regionalistas y socialistas han asumido, sin rechistar, las restricciones climáticas que lastran nuestra economía, porque no existe una apuesta decidida por el mundo ganadero, pesquero y agroalimentario. Escucharemos en campaña a los líderes de los demás partidos, abogar por la reindustrialización de Cantabria y por el impulso del sector primario, pero la realidad es que el único partido que escucha y apoya, sin fisuras ni tibieza, a ganaderos, pescadores y agricultores, es VOX. Las cosas podrían ser de otra manera, pero para ello, tendremos que afanarnos en poner fin a la corrupción sistémica asociada a las políticas del PRC de Revilla, y de su socio socialista, que han ido tejiendo una red clientelar para tratar de mantenerse en el gobierno, todo lo cual ha supuesto que se hayan dilapidado millones de euros de los cántabros. Hay que acabar con el despilfarro obsceno al que se ha acostumbrado Revilla, que redunda en su propia imagen personal, y evidencian su demagogia. Los ciudadanos deben saber que los regalos del presidente a quienes, después le invitan en sus respectivos ámbitos, los pagamos todos los cántabros y que las campañas de autopromoción que derivan de su condición de presidente suponen utilizar el cargo en su propio beneficio.

Mónica Rodero (Podemos-IU):

Creemos que el mayor problema en materia económica de Cantabria ha sido la terciarización de nuestra economía, orientándola hacia un modelo turístico de bajo valor agregado, mientras se abandonaba a su suerte al sector primario y al sector industrial. La reindustrialización de Cantabria es para nosotras un eje central de trabajo desde nuestro nacimiento. Cabe recordar que en 2016 ya llevamos al Congreso un Plan de Reindustrialización del Besaya y Campoo, dos de nuestras zonas más castigadas. En lo relativo al sector primario, llevamos años insistiendo en la compra pública de productos de cercanía. La Ley de Contratos del Sector Público nos permite establecer, en todos los contratos que suponen suministros o servicios de alimentación y sea cual sea el procedimiento a través del que se contrata, cláusulas que favorezcan el producto local, nuestras IGPs y variedades tradicionales, productos ecológicos y de temporada, entre otros muchos supuestos, así como cláusulas que prioricen la compra a productores y proveedores locales.