El Balneario de Solares de reinventa
Tras varios ejercicios de caídas en las facturaciones, en 2012 el grupo Castilla Termal llegaba a un acuerdo con Manantial de Fuencaliente para el alquiler a largo plazo del histórico hotel balneario. Ahora, con la llegada de un nuevo director y la presentación de un estudiado menú con el que relanzar el servicio de restauración, el establecimiento inicia el proceso para volver a ser referencia nacional.
Texto de Jesús García-Bermejo @chusgbh Publicado en agosto de 2015
Con una superficie total de 23.750 metros cuadrados, 18.750 metros de parque y jardines exteriores, varios árboles centenarios, más de 7.800 metros de zona de aguas y un hotel que supera los 11.200 metros cuadrados, la majestuosidad del Balneario de Solares está fuera de toda duda. Ahora bien, tras varios años de ocupaciones poco más que testimoniales, una oferta gastronómica escasamente promocionada y una ausencia casi total en la vida pública del municipio y de la región, las cifras cosechadas distan mucho de ser las propias de uno de los hospedajes con mayor oferta y dimensiones de todo el territorio nacional.
Al menos esta era la trayectoria seguida por la firma hasta 2012, ejercicio en el que, tras varios años de descensos en la cifra de negocio, expediente de regulación de empleo mediante, el grupo Castilla Termal, una de las principales cadenas de hoteles balneario del país, llegó a un acuerdo para el alquiler el establecimiento de cuatro estrellas.
Nuevo enfoque
La antigua tradición balnearia de Solares se remonta al siglo XVIII, concretamente a 1753, fecha en la que se levanta la instalación, aunque es en 1827 cuando se construye la primera casa de baños sobre el manantial de la zona, siendo declarada de utilidad pública un tiempo más tarde.
Fueron el propio éxito y la afluencia de público los que motivaron que a finales del siglo XIX Solares se convirtiese en la primera estación balnearia de Cantabria, una época en la que se levantaron una serie de confortables edificios a imagen y semejanza de los principales centros termales europeos para dar servicio a los numerosos visitantes que se acercaban a estas zonas.
En 1899 se inauguró una nueva edificación destinada al balneario, con piscina de natación y capilla pública, y se realizó el trazado del futuro parque para, en 1902, acometerse la construcción del hotel, obra de Lavín Casalís. Desde entonces, el alojamiento congregó a numerosos fieles a las propiedades mineromedicinales de sus aguas, y así continuó hasta 1976, año en el que la instalación es clausurada.
No fue hasta 2006 cuando, tras 18 millones de euros de inversión y unas obras con un plazo de ejecución de 20 meses, el Hotel Balneario de Solares reabrió sus puertas bajo la propiedad de Manantial de Fuencaliente SA, sociedad cuya marca comercial es la popular Agua de Solares. Concluida la reforma, el hotel quedó distribuido en dos alas de cuatro plantas, una correspondiente al edificio histórico de 1902 y la segunda al de nueva construcción, ambas rematadas por una luminosa y gran galería y equipadas con amplios salones.
Sin embargo, los resultados logrados tras el reestreno estuvieron lejos de cumplir con las expectativas, y la caída de facturaciones y ocupación se fue agravando hasta el punto de hacer necesaria una reestructuración del equipo de trabajo del establecimiento.
Ya en 2012, Manantial de Fuencaliente SA llega a un acuerdo con el grupo Castilla Termal para el alquiler a largo plazo de la totalidad de la instalación, siendo la nueva firma la responsable de la gestión y explotación del complejo hotelero. De esta forma, Balneario de Solares se convertía en el tercer alojamiento de este tipo en incorporarse a la cadena, tras el Villa de Olmedo –Valladolid– y el Burgo de Osma –Soria–, a los cuales habrá que sumar desde este mes de junio el monasterio Santa María de Valbuena –Valladolid–.
Según se asegura desde Castilla Termal, ya en su primer año la nueva dirección logró encauzar la marcha del negocio, y los resultados de 2013 y 2014 mejoraron con mucho los registros de ejercicios anteriores, aunque la compañía no ha facilitado cifras que respalden tal afirmación. En cualquier caso, el grupo dedicado a la salud y el descanso continúa buscando fórmulas para impulsar al establecimiento, no en vano acaba de nombrar director a Carlos Irigoyen, que hasta la fecha desempeñaba esta labor en el hotel con el que la firma cuenta en Soria. Con más de 26 años de carrera en el sector, tiempo en el que ha trabajado para compañías de referencia como Meliá, NH o Hesperia, por citar algunas, Irigoyen tiene como misión alcanzar los ambiciosos resultados fijados por su central, para lo que tiene claro que la promoción y la revitalización de la imagen del Balneario de Solares será clave.
En este sentido, la firma acaba de presentar el menú Sabores, el cual apuesta por el producto artesanal autóctono, así como por la cocina de calidad y creativa, un primer paso para relanzar los servicios de restauración del establecimiento, antaño mucho más frecuentados. “Dada nuestra ubicación, tenemos 2 millones de clientes potenciales, tanto en País Vasco como Asturias, Navarra, Cantabria, Castilla y León… y es ahí donde tenemos que hacer campañas publicitarias y llegar a los medios de comunicación, aprovechando las sinergias con nuestros restantes establecimientos –considera–. Por lo pronto, este menú pretende servir de efecto llamada para recordar al gran público que seguimos aquí y que no solo tenemos aguas con contrastadas propiedades mineromedicinales, sino también una gastronomía cuidada y a precios asequibles, unas instalaciones envidiables y unas habitaciones amplias y confortables. Además, vamos a renovar el conjunto de la carta con nuevas propuestas, estamos redecorando estancias y zonas comunes, hemos realizando fuertes inversiones para mejorar la depuradora de aguas y el sistema de climatización y nos encontramos en pleno proceso para modernizar la página web y las redes sociales. Incluso tenemos pensado organizar algún tipo de fiesta abierta al público este próximo verano con el objetivo de que los vecinos de Solares sepan que pueden contar con nosotros para picar algo, comer, cenar, darse algún tratamiento o simplemente tomar un café”.
Y es que, no resulta sencillo hacer rentable una infraestructura en la que trabajan 54 personas –75 en temporada alta– y que cuenta con 113 habitaciones, terraza de 214 metros cuadrados, comedor restaurante de 375 metros, galería acristalada, piscina al aire libre de 300 metros cuadrados, garaje interior con capacidad para 40 vehículos y exterior para más de 100… Y todo ello sin olvidar la oferta de aguas, puesto que el balneario dispone de una piscina termal interior de 849 metros, una de las más grandes de Europa, así como de un circuito de contrastes y múltiples cabinas. Además, sus instalaciones lo hacen apto para la aplicación de masajes manuales, fangoterapia, algoterapia, duchas termales, bañeras de contrastes y todo tipo de tratamientos de belleza masculinos y femeninos.
Castilla Termal
La filosofía de Castilla Termal es la de recuperar edificios históricos en entornos rurales para hacer hoteles de cuatro y cinco estrellas con tres pilares básicos: restauración, alojamiento y aguas con propiedades mineromedicinales. Esta estrategia ha supuesto para la cadena una inversión superior a los 40 millones de euros desde 2005, y le ha permitido pasar de una cifra de negocio de 2,9 millones de euros en 2003, primer año de actividad, a 12 a cierre de 2014, ejercicio en el que la facturación del grupo se incrementó en un 17% respecto a los 10,3 millones de 2013. Así mismo, el resultado bruto de explotación ha aumentado de los 240.000 euros de 2003 a 2,38 millones el pasado año, y las previsiones que maneja la compañía apuntan a que en 2016, con el monasterio de Santa María de Valbuena ya plenamente operativo, la cifra pueda elevarse hasta los 4 millones de euros.
Por su parte, la plantilla de la firma ha ido creciendo progresivamente hasta los 260 trabajadores actuales, de los que el 73% son mujeres, una evolución que, en gran medida, se debe a la incorporación del Balneario de Solares a la oferta del grupo, como muestra que los 150 profesionales de 2013 den paso a un total de 260 a cierre del presente ejercicio, lo que equivale a un 75% más de personal.
Con la situación ya reconducida, el objetivo de la cadena hotelera es que el Balneario de Solares alcance los índices de rentabilidad de los restantes establecimientos con los que cuenta, para lo que un importante impulso comercial se antoja fundamental. “Queremos convertirnos en el primer balneario de Cantabria antes de que concluya 2015, algo que estamos cerca de conseguir, aunque a medio plazo la meta es lograr ser los más rentables de Castilla Termal, lo que equivaldría a ser uno de los hoteles más potentes del país”, afirma Irigoyen.
Con un equipo humano que el propio director califica como “experimentado y muy profesional”, y con el cliente de empresa y el usuario de balneario ya fidelizados, la instalación de Solares trabaja por potenciar los periodos puramente vacacionales y la oferta gastronómica. Y es que, a pesar de que las tres áreas de negocio de la firma aportan cada una la tercera parte de la facturación, los márgenes de beneficio que ofrece la correspondiente al alojamiento son muy superiores a los de la restauración, cuyos costes ascienden a cerca del 80% entre producto y personal, o el balneario, con unos gastos del 45%. “Queremos llegar más a las familias, para lo que estamos ofertando paquetes conjuntos de alojamiento y tratamientos, incluidas actividades para niños en el propio balneario –asegura–. Además, tenemos que continuar con la apuesta por Booking o Tripadvisor, que desde hace un tiempo vienen aportando resultados muy positivos, en la misma línea que nuestra web. Potenciar la oferta en eventos es otro de los objetivos, porque, aunque este año hemos celebrado 22 bodas y numerosas comuniones, especialmente en mayo, tenemos instalaciones y capacidad para organizar muchas más. No en vano, somos de las pocos hoteles del territorio nacional que cuentan con una capilla en el interior de sus instalaciones”.