El Clúster de la Industria de Defensa cumple cinco años
La media década transcurrida desde la creación del Clúster de la Industria de Defensa (CID) ha coincidido con una de las etapas más conflictivas vividas por Europa desde la segunda guerra mundial. La entidad, que conmemoró su aniversario en un evento celebrado el pasado 27 de noviembre en Comillas, agrupa hoy a más de 70 socios entre los que hay una presencia significativa de empresas que tienen su sede fuera de la región, lo que convierte a esta agrupación empresarial en la más singular entre las que operan desde Cantabria.
José Ramón Esquiaga | @josesquiaga | Enero 2025
Ya sea por el sector en el que opera, por la heterogeneidad de actividades que realizan sus socios, o por el número, condición y naturaleza de estos, el Clúster de la Industria de Defensa cuenta con sobrados argumentos para ser considerado como una excepcionalidad dentro de las entidades de este tipo que tienen su sede en Cantabria. Incluso esta última apreciación, su condición de clúster cántabro, merece algún matiz, por cuanto desde su propio origen los fundadores quisieron darle una vocación transregional, llevando tanto su actividad como su afiliación más allá de los límites que marcan las fronteras regionales. Por más que la práctica totalidad de las empresas que lo formaron en 2019 fueran cántabras, y constituyan todavía hoy la mayor parte de las que lo integran, el clúster nunca quiso serlo solo de la industria de defensa de Cantabria, algo que ha puesto de manifiesto en la media década de actividad transcurrida desde entonces, y también en el evento organizado con motivo del aniversario el pasado 22 de noviembre en el antiguo Seminario Mayor de Comillas.
Además de para conmemorar la efeméride, el acto sirvió como marco para la entrega de los diplomas de honor que la entidad concede con carácter anual en reconocimiento a aquellas personas, empresas, instituciones, organismos o entidades en general que se hayan distinguido por su especial colaboración o apoyo a las iniciativas del CID o a la causa de la Defensa de España, en su sentido más amplio y en cualquiera de sus aspectos. En esta ocasión los diplomas fueron para el vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell; el expresidente de Airbus, Carlos Suárez; el general Rubén García Servert; la empresa Sistemas de Misiles de España (SMS) y su exdirector general, Fernando Mato. Tanto Carlos Suárez como el general García Servent son miembros del consejo asesor del CID, en tanto que SMS –una empresa que asume el objetivo de dotar a España por vez primera de soberanía estratégica en la tecnología de misiles– es uno de los socios del clúster.
La agrupación constituida en julio de 2019 nació con una veintena de socios entre los que era significativa la presencia de empresas cántabras de sistemas de telecomunicaciones –Luis García, CEO de Erzia Technologies, fue su primer presidente–pero en una relación de integrantes en la que ya era patente la enorme diversidad sectorial y geográfica que desde sus primeros pasos iba a caracterizar al clúster. La media década pasada desde entonces ha estado marcada por el continuo crecimiento en el número de miembros y la confirmación de la heterogeneidad sectorial y de procedencia de los mismos, algo que de alguna manera ya se adelantaba en los propios objetivos fundacionales. También por una evolución de las circunstancias internacionales que era mucho menos previsible, y que ha dotado al sector de la defensa de un protagonismo que, sobre todo en lo tocante a su relevancia pública, no tenía en el momento en que el CID daba sus primeros pasos. Primero la crisis sanitaria, que puso el foco en la necesidad de dotarse preventivamente de medios para afrontar lo inesperado, y después la invasión de Ucrania, que volvió a convertir Europa en escenario bélico, situaron a las empresas que operan en el ámbito de la defensa ante una coyuntura con pocos precedentes.
Cultura de defensa
Con una actividad articulada en torno a 16 grupos de trabajo, el CID ha sido particularmente activo en los objetivos que persigue uno de ellos: la generación de una cultura de defensa. La realización de conferencias divulgativas, visitas, jornadas y homenajes, o la entrega anual de sus diplomas de honor, se enmarcan en este área, que tuvo su evento de mayor alcance popular en la organización de Santander 4 Days (S4D). Al estilo de las que tienen lugar en otros países, en junio de 2022 esta se convirtió en la primera marcha internacional cívico-militar que tuvo lugar en España, en un formato que combinando lo social, lo lúdico y lo deportivo reunió en Santander a participantes de todo el mundo.
Ya con propósitos más homologables con los de otros clústeres, el de defensa articula el resto de grupos de trabajo en torno a materias con las que busca generar oportunidades y sinergias para sus socios, articulándolas en torno a las áreas en los que se enmarca la actividad de estos. Ahí entrarían por ejemplo el grupo aeroespacial y de telecomunicaciones, el de construcción naval, automatización y robótica marítimas, equipamiento militar, inteligencia económica, logística e infraestructuras de defensa o ciberseguridad. En todos esos conceptos hay una referencia a la gran diversidad de campos en los que operan los miembros del clúster y lo limitado que sería identificar defensa con armamento.
El CID, presidido hoy por Manuel Vila, CEO a su vez de la cántabra Newtesol, cuenta hoy con algo más de setenta socios, entre los que siguen teniendo una presencia significativa los dedicados de una u otra forma a los sistemas de comunicaciones, pero en los que hay también industrias metalúrgicas, empresas informáticas, laboratorios o centros de investigación, todos ellos con una producción muy diversificada y con mercado tanto en el ámbito militar como el civil. También empresas que operan exclusivamente en el ámbito de la defensa, o que lo hacen de forma casi exclusiva, como la ya citada SMS o Sener.
La integración en el clúster con sede en Cantabria de empresas en principio ajenas a la región, en un proceso que en algunos casos ha sido el paso previo a establecer aquí un centro de trabajo, ha sido uno de los logros de la entidad, por más que le haya supuesto enfrentarse a las limitaciones que la normativa ponía a la presencia de socios foráneos en los clústeres cántabros.
Con todo, los vínculos con su región de origen van más allá de esa circunstancia, haciéndose patentes no solo en la reiterada presencia en Cantabria de algunos de los más significados mandos de las Fuerzas Armadas, en jornadas organizadas para acercarlas a sus proveedores, sino en iniciativas como la puesta en marcha del titulo de experto en guerra electrónica. Con este posgrado, incorporado a la oferta de la Universidad de Cantabria, se busca no solo atender las necesidades de personal cualificado por parte del sector agrupado en torno al CID, sino cubrir la demanda de profesionales en un ámbito que tiene una altísima empleabilidad. El programa formativo, puesto en marcha en 2022, desarrolla actualmente su tercer año académico.