El recurso del autoempleo
A cierre de 2014 España sumaba casi 4.000 autónomos más, de los cuales 764 correspondían a Cantabria. Los planes de ayudas puestos en marcha para emprendedores y la tendencia de las empresas a subcontratar servicios, unidos a la necesidad de los jóvenes y mayores de 45 años de darse de alta como profesionales por cuenta propia para acceder al mercado laboral, explican este crecimiento
Testo de Jesús García-Bermejo @chusgbh Publicado en enero de 2015-02-04
El autoempleo se ha convertido en una de las pocas alternativas para los jóvenes y mayores de 45 años a la hora de acceder al mercado laboral, dos de los colectivos más damnificados por la crisis. Esta realidad, unida a la tendencia de buena parte del tejido empresarial del país a subcontratar servicios y firmar a freelance para poder responder a subidas puntuales de la demanda sin tener que incrementar sus costes fijos, explica, al menos en gran medida, las positivas estadísticas de contratación que en los últimos tiempos se vienen registrando entre los autónomos, datos que difieren de la evolución del empleo por cuenta ajena, el cual, aunque crece, lo hace a mucho menor ritmo.
Atendiendo a las cifras que maneja la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), nuestra región perdió 55 profesionales por cuenta propia el pasado noviembre, frente a los 112 del mismo mes del año anterior, mientras que a nivel nacional el sector registró un incremento interanual del 0,1% –3.881 empleados más–. Del mismo modo, a falta de los datos oficiales de diciembre, periodo tradicionalmente positivo dadas las altas que se producen en actividades relacionadas con el comercio y la hostelería, el pasado ejercicio 764 nuevos autónomos se dieron de alta en nuestra región, y en el conjunto del país ya se supera la barrera de los 3.120.000. “Tras varios ejercicios de descensos, podemos celebrar que 2014 ha sido un buen año para nuestro colectivo, mucho mejor que los tres anteriores, y esperamos no volver a ver caídas en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la región en mucho tiempo –expone Ana Cabrero, presidenta de ATA en Cantabria–. No hay que olvidar que a cierre de 2013 la comunidad autónoma perdió 239 profesionales por cuenta propia, por lo que hablamos de una recuperación que hacía años que no se daba”.
La lucha de los más jóvenes
Actualmente los autónomos representan al 18,7% de los cotizantes a la Seguridad Social, un porcentaje que no ha parado de crecer desde enero de 2013. De hecho, fue a partir de septiembre cuando se consolidó ese ascenso, fecha en la que entraba en vigor de la tarifa plana para todos los nuevos emprendedores, que pueden pagar durante los seis primeros meses 53 euros a la Seguridad Social, en lugar de los 261,83 euros de la cuota mensual mínima. Esta ayuda supuso un verdadero impulso para miles de personas, que entendieron que era el momento de apostar por el autoempleo, especialmente aquellos colectivos que, por unas circunstancias u otras, tienen más complicado acceder al mercado laboral ordinario.
Ya es sabido hasta qué punto resulta habitual que los universitarios tengan que abandonar el país para optar a empleos acorde a su titulación, aunque en los últimos años esta tendencia se está extendiendo a jóvenes que, independientemente de su formación, se ven obligados a emigrar para poder sobrevivir.
Aún así, existe un amplio porcentaje de desempleados de corta edad que se resisten a abandonar su tierra, lo que explica que España se haya convertido en el quinto país europeo en número absoluto de trabajadores autónomos menores de 30 años, con 165.300, solo superada por Reino Unido –452.000–, Italia –397.90–, Polonia –245.400– y Alemania –244.400–. En total, de acuerdo a los datos publicados por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), en la UE hay 2.326.700 jóvenes profesionales por cuenta propia, y de esos el 7,1% están realizando su actividad económica en España.
Del mismo modo, a cierre del primer semestre de 2014 el número de autónomos menores de 30 años de nuestro país se había incrementado en un 6,37%, o lo que es lo mismo, 4,4 puntos porcentuales más que la media de la Unión Europea –1,96%–. “Es claramente una opción de empleo para jóvenes formados o no a los que no se les da su primera oportunidad y para los mayores de 45 años que han acabado fuera del mercado laboral, con un bagaje profesional siempre interesante y que tienen que seguir cotizando para vivir y labrarse una jubilación. Y no hay que olvidarse de las mujeres, otro de los grandes exponentes del trabajo autónomo, ya que los bajos salarios y peores condiciones les afectan a ellas significativamente, y eso hace que muchas se decanten por autoemplearse para intentar acceder a un trabajo menos precario”, apunta Ana Cabrero.
Los no tan jóvenes
De acuerdo al VI Informe mayores de 45 años en el mundo laboral, llevado a cabo por la Fundación Adecco, el desempleo no ha dejado de crecer en este colectivo desde que comenzase la crisis, superándose por primera vez el millón de personas en 2010. Hoy, un lustro después, ya rozan los 2 millones.
En nuestra región el crecimiento también ha sido muy intenso. Concretamente, en el primer trimestre de 2007 se registraron 4.400 mayores de 45 años en paro. Transcurridos 7 años, la cifra se ha elevado un 286% hasta los 17.000 desempleados, 700 de los cuales han pasado a engrosar esta lista solo en 2014. Así pues, de los 58.400 parados que actualmente se contabilizan en Cantabria, el 29% tienen 45 o más años.
Esta situación ha empujado a numerosos profesionales de este perfil, hasta ahora inactivos, a incorporarse al mercado laboral. Según el informe de Adecco, la mayoría han sido mujeres, amas de casa que no trabajaban y que, tras quedar su cónyuge en paro, han decidido dar la cara y salir a buscar un empleo que saque adelante la economía doméstica. De esta forma, en el primer trimestre de 2014 se alcanzó el máximo histórico, cuando 40.700 mayores de 45 años salieron a buscar su primera oportunidad laboral, una cifra que triplica de largo la alcanzada en 2007 –12.600–, y en la que el sexo femenino, con 35.300 mujeres –86%–, es el gran protagonista.
Sin embargo, atendiendo a los datos, parece que el esfuerzo, en la mayoría de los casos, ha sido en vano, especialmente porque el paro estructural o de larga duración se está convirtiendo en un mal crónico en nuestro país, como demuestra que el 61% de los desempleados ya supere un año de búsqueda infructuosa de trabajo. Este problema se hace aún más acuciante en el caso de los desempleados mayores de 45 años, colectivo para el que la cifra se eleva al 70%. Concretamente, un 18,7% lleva entre 1 y 2 años sin trabajo, mientras que el 51,1% supera los 24 meses.
Con semejante panorama, no es de extrañar que el 56% de los encuestados por la Fundación Adecco en Cantabria opine que tardará más de un año en acceder al mercado laboral, siendo su edad el principal escollo para el 55% de ellos. Un 26%, sin embargo, considera que la crisis económica afecta a todos por igual, no siendo un agravante el superar los 45 años.
Por otra parte, en nuestra región un 89% de estos desempleados se encuentra en paro porque perdió su empleo anterior, y muchos de ellos son conscientes de que su sector de procedencia ya no está generando oferta, motivo por el que un 96% no duda en buscar oportunidades laborales en otras áreas de actividad o en puestos en los que nunca habían trabajado antes. Y es que, para este colectivo es aún más vital, si cabe, encontrar un empleo que para el resto de la población, pues a menudo tienen responsabilidades familiares o, lo que es lo mismo, hijos económicamente dependientes a los que tienen que sacar adelante. Según los datos del estudio, buena parte de los desempleados mayores de 45 años en Cantabria, más del 84%, se encuentra en esta situación.
A la caza del ‘freelance’
El reciente estudio Radiografía del mercado ‘freelance’ en España, llevado a cabo por Infojobs y la consultora norteamericana Tower Lane, refleja que el 54% de las firmas que conforman el entramado empresarial de nuestro país tienen pensado incrementar su nómina de servicios externos durante el primer semestre de 2015, una tendencia que ya se venía dando en los últimos ejercicios y que se acentúa ahora aún más si cabe.
Y es que, ante la situación de crisis económica actual, y con uno de los índices más altos de desempleo de la Unión Europea, cada vez son más los españoles que deciden trabajar por cuenta propia. De hecho, desde 2008 Infojobs ha visto cómo las ofertas de empleo en busca de autónomos se han multiplicado por diez, algo que también se debe a que las empresas encuentran en el trabajador por cuenta propia un modelo de empleo que se adapta mejor a sus necesidades actuales y a las contrataciones por proyectos. Es más, según los resultados del estudio, en la actualidad el 65% de las compañías contratan entre 3 y 10 freelance al año en nuestro país, una tendencia que, en opinión de la presidenta de ATA en Cantabria, responde a la coyuntura económica vivida en territorio nacional en los últimos tiempos. “Gran número de empresas estaban sobredimensionadas y se asfixiaban agónicamente hasta morir por las caídas tremendas de actividad que provocaba el nulo consumo que hemos soportado durante los últimos años. La reforma laboral hizo que muchas prescindieran de sus trabajadores ante el panorama, y ahora una buena parte de ellas se decantan por la contratación de autónomos según sus necesidades o proyectos, es decir, externalizan. No me cabe duda de que esta manera de contratar será habitual en España durante los próximos ejercicios, ya que la carga de trabajo en los sectores mayoritarios es frecuentemente variable y estacional, y eso hace que los empleadores traten de minimizar riesgos”.
Por sectores, el relacionado con las tecnologías y las telecomunicaciones es el que más especialistas por cuenta propia persigue, con un 19% del total de la demanda, un fenómeno que también se da en mercados más maduros, como es el caso de Estados Unidos.
El principal problema quien se encuentre en situación de desempleo, y así lo denuncian varias asociaciones del sector, reside en que muchas firmas aprovechan esta dinámica y la necesidad de gran número de españoles para obligar al candidato a darse de alta como profesional por cuenta propia, ahorrándose así una buena suma en cotizaciones, una práctica completamente ilegal. “Si un trabajador cumple todos los requisitos para ser asalariado de una determinada empresa y es obligado a registrarse como autónomo sin serlo en esencia, estaríamos hablando de un fraude de ley que encubre una relación laboral de facto, y como tal debe ser denunciado. Para eso están los tribunales, que son los que tienen que velar, reconocer y amparar los derechos de todos los trabajadores”, afirma Ana Cabrero.