Ileana Soler: “La tecnología más disruptiva va a ser la explotación de los datos”

Ileana Soler, presidenta de la Asociación Cántabra de Empresas de Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Ascentic). Foto: Nacho Cubero.
La nueva presidenta de Ascentic reflexiona en esta entrevista sobre el presente y el futuro del sector TIC en la región. Ingeniera informática de formación y también directora de World Worldgrid, Ileana Soler admite que sus principales retos pasan por captar talento y aumentar la competitividad de los asociados y por acercar a las pymes y pequeños ayuntamientos soluciones tecnológicas que les permitan cubrir la brecha digital.
Manuel Casino | @mcasino8 | Diciembre 2024
Pregunta.– El ecosistema tecnológico en Cantabria está integrado por un total de 35 empresas que emplean a unos 1.800 trabajadores. ¿Estamos donde teníamos que estar o tenemos mucho margen de crecimiento?
Respuesta.– Creo que tenemos muchísimo margen de crecimiento porque el grueso de las compañías está inmerso en procesos de transformación digital y, por tanto, requieren cada vez más servicios asociados a las nuevas tecnologías de la información.
P.– ¿Podría convertirse en el nuevo motor de la economía regional?
R.– Puede convertirse en un motor, y de hecho del algún modo ya lo es, pero de ahí a convertirse en el principal motor de la economía en Cantabria, que hoy es el sector turístico, hay un trecho. Me resulta difícil pensar que el sector TIC pueda sustituir al turismo como principal motor, pero obviamente sí aspiramos a aumentar nuestra contribución al desarrollo económico de la región.
P.– Asegura que el principal reto de Ascentic en la región es mejorar la comunicación. ¿Hasta ahora no han sabido explicarse todo lo bien que deberían?
R.– Ascentic tiene muchos retos. Este es uno más y creemos que podemos mejorar la comunicación, tanto interna como externamente. Pero los principales retos del sector son otros: encontrar talento, poder competir con empresas de otras regiones o incluso de otros países, globalizarnos…
P.– También ha recalcado su decidida apuesta por la formación de nuevos perfiles tecnológico, sean universitarios o de Formación Profesional. ¿Andamos escasos de talento tecnológico, especialmente femenino?
R.– En general, andamos escasos de talento tecnológico porque en las carreras STEM [aquellas relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, según las siglas inglesas de Science, Technology, Engineering y Mathematics] el número de alumnos que se pueden matricular es muy bajo, especialmente si lo comparamos con la cantidad de alumnos con buenas notas que se quieren matricular. Ante esta situación, desde Ascentic, en colaboración con otras entidades, se han puesto en marcha una serie de programas dedicados a la formación TIC para que, una vez adquieran la formación, puedan incorporarse a las empresas del sector. Este es el caso, por ejemplo, de un proyecto formativo que espero dé comienzo en breve en el nuevo Centro de Iniciativas Empresariales (CIE) del Ayuntamiento de Santander. Por volver a su pregunta, las carreras asociadas al sector TIC, ya sea universitarias o de FP, no tienen ninguna restricción de género. Pero sí es cierto que hay muchas menos mujeres matriculadas en estos estudios técnicos. Habría que poner en marcha algunas acciones para que las jóvenes se sientan atraídas por estos perfiles.
«Es cierto que hay muchas menos mujeres matriculadas en estos estudios técnicos. Habría que poner en marcha algunas acciones para que las jóvenes se sientan atraídas por estos perfiles».
P.– El sector digital en España reclama impulsar la colaboración público-privada para innovar. ¿Cooperamos poco?
R.– Creo que se colabora, pero que también se podrían hacer cosas adicionales. Por ejemplo, desde Ascentic y la Consejería de Industria del Gobierno de Cantabria estamos intentado organizar que de algún modo empresas del sector TIC hagan pruebas de concepto (POC) para que, cuando llegue la hora de la verdad, esas compañías locales estén mejor posicionadas para licitar o concurrir a los grandes contratos. Dicho esto, es evidente que en el ámbito de la colaboración siempre se puede mejorar.
P.– Varias comunidades autónomas presumen de haber puesto en su punto de mira la adopción de todo tipo de iniciativas que faciliten el acceso de las empresas a tecnologías habilitadoras y la transferencia de conocimiento innovador hacia las empresas. ¿Es también el caso de Cantabria?
R.– A ver. De hecho, estamos trabajando en diferentes iniciativas, fundamentalmente con la Dirección General de Innovación del Ejecutivo regional. Por ejemplo, Innovación acaba de poner en marcha, con la colaboración de Ascentic y también de otras entidades, una Agenda Digital, que creo se va a publicar en breve [la presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, confirmó el pasado 26 de septiembre su presentación en octubre] que promoverá el emprendimiento, la creación de talento, la colaboración público-privada, el posicionamiento de Cantabria en el mundo digital… Con esta Agenda Digital estimo que Cantabria va a estar perfectamente ubicada en el contexto digital.

Ileana Soler fue elegida presidenta de Ascentic el pasado mes de junio. En las semanas posteriores completó una ronda de encuentros con las diferentes administraciones, como la Consejería de Industria. Foto: Nacho Cubero.
P.– Es verdad que la transformación digital está en boca de todos, pero no todas las empresas, especialmente las más pequeñas, tienen capacidad para afrontar el salto tecnológico. ¿Qué pueden hacer desde Ascentic para ponérselo más fácil?
R.– Lo queremos tratar con los socios. Estamos viendo, pero para eso también tenemos que detectar socios interesados en participar en estos desarrollos, cómo definir no ya un ‘Kit Digital’, sino un ‘offering’, es decir, un paquete de soluciones orientado a diferentes tamaños de empresa para que éstas pueden cubrir esa brecha digital. Pero no únicamente lo queremos poner a disposición de las pymes, sino también de los ayuntamientos pequeños que tampoco disponen de un paquete completo que les permita hacer frente a sus retos tecnológicos, incluido el de la ciberseguridad.
P.– Ya que lo menciona, ¿la ciberseguridad se ha convertido en el objetivo número uno para las empresas tecnológicas?
R.– No sé si en el objetivo número uno, pero seguro que está entre los tres primeros. Todos los días vemos compañías que están sujetas a ataques de todo tipo. Cualquier compañía, aunque tenga solo tres empleados, debe tener una ciberseguridad mínima. Y esa es precisamente una de las brechas que hay que cubrir. Hay que desarrollar digamos un importante trabajo educativo para que las empresas comprendan la necesidad de adoptar decisiones que a lo mejor hace veinte años ni se planteaban. Tienen que tener obligatoriamente una estrategia de ciberseguridad y para las pymes y ayuntamientos pequeños tiene que haber soluciones asequibles, sencillas y eficaces.
«Todos los días vemos compañías que están sujetas a ataques de todo tipo. Cualquier compañía, aunque tenga solo tres empleados, debe tener una ciberseguridad mínima».
P.– Hace años reclamaban la necesidad de que los empresarios cántabros terminaran de creerse que pueden ser competitivos en un mercado global. ¿Lo somos?
R.– Dar ese salto a la internacionalización requiere de mucha inversión inicial, porque uno no acaba de tener un cliente internacional así de la nada. En cualquier caso, creo que el empresario cántabro ya no es igual. Ha cambiado mucho. Lo veo en Ascentic, donde al principio solo estaban empresas de cierto tamaño a las que les costaba mucho colaborar unas con otras porque, entre otras cosas, no existía esa mentalidad, que las multinacionales en cambio sí tienen en su ADN, de que colaborando se genera negocio. Pero eso también está cambiando. Ahora han surgido muchísimas compañías TIC que son jóvenes y que tienen esa mentalidad. Y las más maduras, también se están adaptando a ese cambio.
P.– Diferentes expertos denuncian que el sector digital en Europa ha sufrido un auténtico tsunami regulatorio en los últimos cinco años. ¿Hay que simplificar y reducir la carga regulatoria?
R.– Todo lo que sea reducir trabajo administrativo y burocracia que no aporta valor es conveniente, sea en el sector que sea. Pero creo que la regulación específica con respecto a cómo prestamos los servicios de TIC se limita a aspectos que difícilmente se pueden suprimir. Me refiero, por ejemplo, a la Ley Orgánica de Protección de Datos, a temas de ciberseguridad, y también a otros ámbitos que son generales todos los sectores, como los planes de igualdad, de auditorías de calidad, medioambientales, de cuotas que favorezcan la integración de otros colectivos… Un sector que conozco que sí está sujeto a cambios regulatorios brutales es el de la energía, lo que sin duda afecta a nuestro sector como consumidores de energía que somos, aunque su impacto se ha ido limitando porque ahora utilizamos mucho el ‘cloud’.
P.– El alto coste de la energía no solo juega en contra de la industria actual, sino del interés de impulsar actividades digitales de alto valor añadido, cuyo consumo energético es alto. Los centros de datos consumen hoy un 2,7% de la demanda europea, pero se espera que a final de la década copen ya el 28%. ¿Así es difícil competir?
R.– Obviamente. Al otro lado de la frontera, en Francia, tenemos un país con un coste de la energía mucho más barato que en España. Aquí hemos seguido una política de creación de un mix energético que particularmente me gusta como ciudadana y que dista mucho de la seguida en Francia, donde prima la energía nuclear, pero que desde un punto de vista pragmático no permite que nuestra electricidad sea igual de barata que en Francia. En nuestro sector, con el uso creciente del ‘cloud’ que le decía antes, el uso de energía es más indirecto.

La presidenta de Ascentic, en las instalaciones de Atos Worldgrid, la empresa que dirige en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria. Foto: Nacho Cubero.
P.– Apenas cuatro compañías europeas aparecen en la clasificación de las 50 mayores tecnológicas del mundo. ¿Faltan tecnológicas o que estas al menos tengan más cuerpo y tamaño para poder competir con Estados Unidos o China?
R.– No. Siempre pueden faltar empresas tecnológicas porque van apareciendo nuevos nichos. Al final, cuando los clientes están favoreciendo todo el rato el coste, competir con empresas estadounidenses, chinas o indias es bastante complejo si no prestas un servicio diferencial. Por desgracia, uno de sus principales drivers de todos nuestros clientes para hacer grandes contratos es el coste. Otra cosa es que todos nuestros clientes también hacen proyectos más pequeños en los que a lo mejor lo que buscan es una empresa de nicho y no tanto que sea caro o barato. Por tanto, tenemos que buscar y encontrar un valor diferencial. Uno es el idioma; otro es la cultura, o la comprensión de la regulación. Y también tenemos que elevar la productividad. Si quieres mantener el ADN cántabro, tienes que elevar la productividad o lo vas a tener muy difícil. Por suerte, esta competencia con Estados Unidos o China se produce en los contratos grandes. No creo que una compañía china venga a competir con una pyme de Cantabria por un contrato de 100.000 euros. Y debajo de esos grandes contratos existe mucha vida y también mucha subcontratación. En nuestro mundo de Ascentic hay muchísimas pymes trabajando para clientes de Cantabria y otros lugares que no son de gran magnitud, sino más de nicho. El sector TIC es muy variopinto, pero ¿en qué somos buenos en Ascentic? Por ejemplo, contamos con socios punteros en soluciones para el sector de la automoción, en software de investigación, en inteligencia artificial y gestión de datos…
P.– ¿Cuál cree que va a ser la tecnología más disruptiva en los próximos años, la IA, la gestión de los datos, la computación cuántica…?
R.– Si quisiera ser glamurosa, diría que la inteligencia artificial, pero todavía la tengo que ver haciendo cosas absolutamente útiles para los negocios de las empresas. Ya está penetrando en los procesos de negocios reales e intentando hacer pequeñas mejoras, pero aún no la veo haciendo procesos completos o casi completos. Me inclino más por la explotación de los datos. Hoy en día se dispone ya de muchísima información que se está recogiendo y otra que aún no se ha recogido. Estamos en algunos casos en la fase de recogida. Pero luego hay que usarlos. Y hacerlo para cosas inteligentes.
P.– El uso de las nuevas tecnologías anuncia la destrucción de muchos empleos tradicionales pero también la creación de otros nuevos. Al final, ¿cómo cree que quedará la balanza?
R.– El hecho de que se automaticen procesos o se utilice la robótica obviamente va a generar la necesidad de algunos empleos que requerirán de más formación. En el sector TIC, por ejemplo, intentamos automatizar parte de los proyectos, pero reciclando a las personas que antes se ocupaban de ellos en nuevas ocupaciones de alto valor añadido. Es decir, no reducimos plantillas, sino al revés, las aumentamos continuamente. Pero a nivel macro no tengo respuesta, aunque es evidente que se avanza claramente hacia la especialización. Es una cuestión de país. Pero hay servicios que nunca van a poder ser robotizados porque nadie va a querer ver a ningún robot haciendo esa tarea. Hay servicios que el valor añadido se lo da el ser humano, nunca un robot.