Industrias Jacinto Herrero se dota de medios para captar más proyectos

La entrada en servicio de la nueva máquina de corte láser y punzonado de chapa mejora la capacidad productiva de la empresa y la flexibilidad de la planta para dar servicio a sus clientes. En un mercado en transición y en el que cada vez son más habituales los pedidos de series cortas, la fábrica metalúrgica cántabra se plantea hacer valer sus ventajas competitivas en los sectores donde ya tiene presencia y explorar otros donde pueda encontrar oportunidades para el crecimiento. Con cerca de un centenar de trabajadores en plantilla, la empresa espera cerrar este año con un ligero incemento en la facturación, a pesar del frenazo que prevé durante el próximo trimestre.

José Ramón Esquiaga |  @josesquiaga | Noviembre 2023 Fotos de Nacho Cubero

Pasado poco más de un año desde que se decidiera la inversión, y tras un proceso de instalación y puesta en marcha que ha ocupado a la empresa durante los últimos dos meses, la nueva máquina de corte y punzonado de chapa adquirida por Industrias Jacinto Herrero opera ya en las instalaciones de la fábrica en el polígono de Guarnizo. El nuevo equipamiento, en el que se han invertido 1,4 millones de euros, permitirá aumentar en un 60% la capacidad de la línea de fabricación en la que opera, al tiempo que minimiza el movimiento de piezas, automatiza procesos y mejora la calidad, al reducir las operaciones de manipulado. Con la actuación, además, se mejora la capacidad de respuesta y se incide sobre uno de los factores que los responsables de la empresa identifican como claves para su competitividad: la flexibilidad de la planta, capaz de acometer tanto la fabricación de grandes como de pequeñas series de piezas.

Álvaro Herrero, director de Proyectos de Industrias Jacinto Herrero, e Isaac Herrero, gerente de la empresa, junto al nuevo equipamiento de la planta.

Industrias Jacinto Herrero, que cuenta con 95 trabajadores en plantilla y una facturación que se movió el año pasado en el entorno de los 13 millones de euros, opera a través de varias líneas de producto con las que  atiende a los sectores de automoción y electrodomésticos, de los que procede el 65 y el 30% del volumen de negocio de la empresa, quedando el resto a cargo de un mix más heterogéneo en el que habría clientes de hostelería, vending o bienes de equipo. En concreto, el catálogo de la empresa se organiza en torno a cinco líneas –diseño y construcción de matricería; estampación en frío de piezas; conformado de tubo; corte por láser, punzonado y plegado con control numérico por computadora; y trabajos de mecanosoldadura– que Álvaro Herrero, director de Proyectos de la empresa, describe como cuatro minifábricas que forman un conjunto: “Y cada una de ellas te obliga a invertir para contar con la máxima tecnología y ser competitivo”.

Hasta ahora, la línea en la que se integra el nuevo equipamiento contaba con una máquina de punzonado y dos máquinas de corte láser, una de las cuales se sustituye por la actual, que combina ambas funciones. Como resultado, la fábrica pasa a contar con dos máquinas de corte láser y otras tantas de punzonado, lo que aumenta la capacidad de producción de está línea en un 60% y consigue ventajas cualitativas de no menos calado: se automatiza el manipulado, se evita tener que mover el material de una máquina a otra y, en general, se optimiza la distribución de espacios y el tránsito del producto por la planta, lo que se conoce como ‘lay out’. “Todo esto tiene una repercusión directa en la calidad y en la productividad, y nos va a permitir captar más proyectos y compensar internamente las fallas de competitividad que tienes externamente”, explica Álvaro Herrero, que con esto último hace referencia al encadenamiento de dificultades a las que se ha venido enfrentando la fábrica, en línea con la mayor parte del sector, durante los últimos años.

La crisis provocada por la pandemia del Covid-19 en 2020 alcanzó a Jacinto Herrero en un buen momento, en el que arrancaban varios proyectos, un contexto que, más allá de las dificultades que provocó el parón de la producción, permitió que la recuperación de la actividad fuera relativamente rápida tras la reapertura progresiva de los mercados. Cuestión muy diferente, señalan los responsables de la empresa, es la referida a la rentabilidad: a la falta de suministros, las tensiones en las cadenas logísticas y la subida del coste de las materias primas –un 100% en el precio del acero en apenas un año, recuerdan– se le añadieron después dificultades que es más complicado vincular con la crisis sanitaria, pero que han coincidido con ésta, como el fuerte incremento del absentismo. “No sé si a causa de, o coincidiendo con el Covid, pero lo cierto es que antes de la pandemia nos movíamos en índices del 2,5 o el 3% y hoy estamos en el 10%, esto es, de cada diez trabajadores tenemos a uno de baja”, lamenta el director de Proyectos de Industrias Jacinto Herrero. Todo este conjunto de circunstancias, que tienen una incidencia directa en los costes, se ven agravadas por otra igualmente común a buena parte de los sectores económicos, es la cada vez mayor dificultad para acceder a mano de obra cualificada: “Tenemos perspectivas de crecer y captar proyectos, pero la principal preocupación es encontrar gente válida para sacarlos adelante. Por muy robotizados que estemos y por mucha industria 4.0 que seamos, los que sacan adelante a una empresa son las personas”, recalca Herrero.

Un operario trabaja en el control de la nueva máquina combinada de corte láser y punzonado adquirida por Industrias Jacinto Herrero, que ha comenzado a funcionar a pleno rendimiento tras el verano.

La referencia a las oportunidades de crecimiento que identifica la empresa, y que se vinculan entre otras a la inversión en la máquina combinada de corte y punzonado, tienen que ver en parte, y curiosamente, con la situación de incertidumbre que viven algunos mercado, y singularmente el del automóvil. Las dudas sobre la tecnología que sustituirá a los tradicionales motores de combustión, o sobre en qué medida se producirá ese relevo, han llevado a paralizar nuevos proyectos, pero también a que los fabricantes demanden series más cortas a sus proveedores. “Que no se generen proyectos es algo que nos afecta, pero la perspectiva de que el volumen esté más repartido para nosotros es una oportunidad, porque una de nuestras principales ventajas competitivas es la flexibilidad para poder acometer tanto series largas como cortas”, destaca el director de Proyectos de la fábrica cántabra, que señala que una de las principales aportaciones de los equipos que han entrado en funcionamiento tras el verano es poder llevar el corte láser a series de fabricación de menos piezas.

Industrias Jacinto Herrero ha llegado a fabricar hasta siete millones de piezas al año para alguna familia de automoción, y es relativamente habitual que suministre entre 300.000 y 400.000 para alguna plataforma. Pero también hacer 17.000, como es el caso de un componente del salpicadero de un modelo concreto, o incluso sólo 1.700 para su versión con volante a la derecha con destino al Reino Unido. “Las tecnologías que se emplean son diferentes, la parte de fábrica es distinta, y también el precio, pero el servicio lo tiene mi cliente. Hace mucho que nosotros hemos dejado de vender piezas, lo que vendemos es un servicio y un bagaje de conocimiento”.

Trabajos sobre una pieza con destino al sector de electrodomésticos, que supone el 30% de las ventas de la empresa.

La aportación que la suma de las cinco ‘minifábricas’ hace al conjunto de Industrias Jacinto Herrero es fundamental para la competitividad, por la capacidad de respuesta que hace posible y por no depender de terceros para acometer los proyectos. En ese sentido, la línea de matricería se convierte en una parte estratégica. “La fabricación de troqueles y matrices era un mercado de referencia en España y en Europa, pero la competencia de los países de bajo coste hizo que se abandonara y que desaparecieran muchos fabricantes. Nuestra matricería hasta 2012 era para consumo interno, pero ese año hay un amago de volver a traer la troquelería a Europa y nuestros clientes se encuentran con que han perdido a sus anteriores proveedores y nos la encargan”, recuerda Isaac Herrero, gerente de Industrias Jacinto Herrero para explicar el desarrollo de una línea de negocio cuya demanda ha vuelto a caer a causa de las incertidumbres sobre el coche eléctrico, pero que tiene una importancia capital en la actividad de la empresa: “Nuestra competencia tiene que subcontratar esos trabajos, pero nosotros no dependemos de nadie para dar respuesta y el conocimiento se queda dentro de la empresa. Muchos clientes confían en nosotros precisamente por eso”, recalca Álvaro.

Con un mercado que empieza a notar las consecuencias de la inflación y la subida de tipos de interés, Industrias Jacinto Herrero prevé cerrar el año con un ligero aumento de la facturación, y ello pese a la caída que esperan en el último trimestre. De cara al próximo ejercicio, los responsables de la empresa confían en repetir los números, para lo que se plantean crecer en sectores menos vinculados al consumo que los de automoción y electrodomésticos, en un abanico de posibilidades a las que por el momento prefieren no poner coto. “Entrar en un cliente cuesta tiempo y dinero, pero una vez lo has conseguido todo es más fácil. La confianza yo quiero ganármela, no que me la regalen, y una vez dentro seguro que vendrán proyectos mayores y de más valor añadido”, concluye Isaac Herrero.