Integración vertical para la expansión de MBR

Mecánica Brañosera encabeza el grupo empresarial que planea volver a poner en marcha las antiguas instalaciones de Forjas de Cantabria, en un proceso de integración industrial con el que busca multiplicar sus posibilidades de acceder a nuevos mercados y hacer crecer su producción. Con plantas en Requejo y Reinosa y tras superar en 2022 las cifras de facturación previas a la pandemia, la empresa de mecanizado se plantea ahora el reto de recuperar márgenes y retomar el impulso de los ejercicios anteriores a la crisis sanitaria, para el que han sido claves la inversión continua y la diversificación en clientes y sectores.

José Ramón Esquiaga |  @josesquiaga | Febrero 2023

Cerrada desde septiembre de 2021 tras una trayectoria en la que se habituó a convivir con las dificultades, la que fuera planta de Forjas de Cantabria encara su posible reapertura de la mano de un grupo industrial en el que la gestión y el impulso corren a cargo de Mecánica Brañosera (MBR), empresa local metida de lleno en un proceso de crecimiento en el que la histórica fábrica campurriana estaría llamada a jugar un papel importante. Con la aportación del forjado y los tratamientos térmicos, MBR integra un paso más del proceso de fabricación de piezas de acero, y abre las puertas a incorporar otros que le permitan presentarse en el mercado con un producto más acabado y de mayor valor añadido. Las sinergias que se producirían con ello para ambas empresas –Mecánica Brañosera y la que se constituiría para la reapertura– se sumarían a las generadas con el conjunto del grupo que se ha marcado como objetivo volver a poner en marcha la planta de forja, en el que además de Mecánica Brañosera hay empresas con actividad en todas las fases de tratamiento del acero.

Jesús Mediavilla, director de Mecánica Brañosera, en las instalaciones de la empresa en Requejo.

Los planes de los promotores de la reapertura de las instalaciones que fueran de Forjas de Cantabria contemplan una inversión de dos millones de euros para la puesta en marcha de la nueva empresa que, de cumplirse los plazos previstos, estaría en disposición de comenzar su producción este mismo año, con una plantilla inicial de 28 trabajadores. Llegar a ese punto dependerá del acceso a la financiación necesaria para acometer esa inversión, que por su cuantía excede la capacidad de los socios y para la que se busca el apoyo del Gobierno de Cantabria, bien a través de las líneas de ayudas existentes, de préstamos del ICAF o mediante la intermediación con entidades bancarias. “Para echar a andar necesitaremos unos seis meses a partir de que se apruebe la financiación, las líneas de ayuda o lo que se nos proponga”, calcula Jesús Mediavilla, director de Mecánica Brañosera y cabeza visible del grupo promotor de la reapertura, del que por el momento su empresa es la única que ha trascendido. “Son socios con una gran experiencia en el sector del acero, pero también muy comprometidos con la inversión en sus propias empresas, de ahí que necesitemos apoyo financiero externo”.

Fundada en 1976 por Fidel Fernández y Benjamín Vélez, profesionales con experiencia en el sector metalúrgico vasco que volvieron a su localidad de origen para poner en marcha un proyecto propio, Mecánica Brañosera nació para ofrecer servicios de reparación y mantenimiento industrial a las fábricas del entorno: a Sidenor, a la que por entonces era Cenemesa, a Cementos Alfa, a las galleteras Cuétara y Gullón o a la propia Forjas de Cantabria. Con ese planteamiento la empresa crece y, a partir del año 2000 y ya solo con Fidel Fernández al frente, comienza a adquirir maquinaria de control numérico por computación (CNC) y a fabricar sus propias piezas. Casi coincidiendo con la llegada a la empresa de Jesús Mediavilla, nieto del fundador, se produce la crisis financiera de 2008, que frena el crecimiento y abre un periodo de lenta recuperación de la actividad que llega hasta 2012.

Con las cifras de facturación y empleo ya en los niveles previos a la crisis, la empresa encadena inversiones en maquinaria de última tecnología que alimentan un crecimiento de la actividad que solo se vio interrumpido –y de forma mucho menos acusada de lo sucedido con la crisis financiera– con el frenazo provocado por la pandemia. Es en ese marco, y dentro de una estrategia con la que se busca acceder a nuevos mercados, en el que se encuadra la reapertura de la planta de forja.

“A partir de nuestra propia actividad y por nuestros contactos en el mercado, vemos que hay un grupo de clientes que precisan un tipo de producto que nosotros no podemos servirles, que va forjado y tratado. De ahí surge nuestro interés por una planta que tenemos aquí cerca, que es propiedad de Reinosa Forgings & Castings y que responde perfectamente a lo que necesitamos”, explica Jesús Mediavilla refiriéndose a las instalaciones que fueron de Forjas de Cantabria y que considera que podríamos equiparse y ponerse en disposición de producir con los dos millones de inversión previstos. “Lo que pretendemos es, a partir de nuestra actividad principal que es el mecanizado, hacer una integración vertical, no con la fabricación del acero, sino con los tratamientos del acero: forjado, tratamiento, mecanizado y otra vez tratamiento”.

Departamento de ingeniería e i+d en la nave de Reinosa, una de las dos con qu cuenta MBR

En la enumeración de procesos que realiza el director de MBR se encuentran casi todos los eslabones de la cadena de valor del acero, casi con la única excepción del primero de ellos: la fabricación en la acería. El forjado –calentar y golpear la barra de acero para darle forma– sería la fase a realizar en la nueva empresa, a la que se dotaría también de hornos, cubas y granalladoras para hacer tratamientos térmicos, un trabajo que hoy Brañosera tiene que subcontratar en el País Vasco. El mecanizado, la labor de mayor valor añadido, se intercala en ese proceso, dado que algunas piezas se mecanizan después del tratamiento, y vuelven a tratarse tras el mecanizado. “Con la nueva empresa vamos a lograr que toda la cadena de valor del acero se quede en la comarca”, resume Mediavilla.

Previsiones

Las previsiones que maneja el grupo inversor contemplan que la nueva empresa arranque con los 28 trabajadores que se detallan en el plan presentado al Gobierno de Cantabria, pero con la intención de ir incorporando turnos con la perspectiva –realista, según Mediavilla– de alcanzar el tercero en plazos relativamente cortos, lo que supondría moverse en el entorno del centenar de personas en plantilla. La planta fabricaría piezas de entre 20 y 500 kilos en series pequeñas, el segmento en el que se posiciona también Mecánica Brañosera. Sectorialmente los mercados serían también los mismos que hoy se atacan desde la planta de mecanizado: el ferroviario, industria naval, aeronáutico, siderometalúrgico o defensa. También automóvil, aunque no con las piezas que van en el vehículo –que siempre son grandes series– sino con las matrices y troqueles con los que se fabrican: “Trabajamos ya para todos estos sectores, pero al incorporar la forja y el tratamiento podremos hacerlo con otros productos”, destaca el director de Mecánica Brañosera, que considera la diversificación como una de sus claves competitivas: “Nuestra máxima es que ningún cliente suponga más del 10% de la facturación, y ningún sector más del 20”.

Con todo, lo más indicativo del salto adelante que puede suponer el inicio de actividad de la planta de forjado y tratamiento de acero es lo relativo a los mercados exteriores. El plan de negocio de la nueva empresa prevé que la mitad de sus ventas sean fuera de España, y ese es también el objetivo que prevé alcanzar la propia MBR gracias a lo que le aportarán las sinergias con la nueva planta. “Ahora mismo exportamos muy poco, en torno al 5%, y no lo hacemos porque el mecanizado suele hacerse en el país de destino de la pieza. Necesitamos dar un poco más de proceso para saltar esa barrera”, resume Mediavilla, que destaca que la mayor parte de las piezas que se mecanizan en su empresa tienen como destino la exportación, pero quien las vende no es Mecánica Brañosera, sino su cliente: “Hay mucha demanda para el conjunto de las tres actividades, forja mecanizado y tratamiento, y un ejemplo claro lo tenemos en el sector de defensa. Hay muchas oportunidades que esteremos en mejor disposición de aprovechar con el inicio de la actividad de la nueva planta”.

Pieza en fabricación, con el operario atendiendo una de las modernas máquinas que la empresas utiliza en sus procesos.

La facturación de Mecánica Brañosera se movió en el entorno de los cuatro millones de euros al cierre del pasado ejercicio, en lo que supuso superar holgadamente las cifras de 2019 y dejar atrás el impacto que la crisis sanitaria tuvo en la actividad. No ha sucedido lo mismo, en cambio, con el resto de variables que dan cuenta del negocio, en las que siguen dejándose notar los efectos que la pandemia y la posterior invasión de Ucrania por parte de Rusia. Pese a la cifra récord de ventas, el año acabó sin beneficios debido al fuerte incremento de los costes de la energia –“hemos pagado 200.000 euros en esa partida el pasado año, cuando antes era una cuarta parte de esa cantidad”– y al incremento salarial pactado en el convenio del metal cuando el ejercicio ya había comenzado y era, por tanto, imposible repercutir esa subida en los contratos ya firmados.

De cara al futuro más inmediato, el director de la empresa se muestra optimista, tanto en lo relativo a las ventas como en la corrección de los desequilibrios provocados por las sucesivas crisis de los tres últimos años: “Creo que este año retomaremos una cierta normalidad, con un coste del acero más normal y con un impacto menor del coste de la energía en nuestras cuentas, aunque solo sea por la entrada en servicio de la instalación de autoconsumo que hemos puesto en funcionamiento, con la potencia máxima que nos han permitido y con venta de excedente”, relata Jesús Mediavilla, que cree que con ello se volverá al beneficio y a recuperar la política que ha seguido la empresa cuanto menos desde que se dejara atrás la crisis financiera de 2008: la continua reinversión de los beneficios.

Incluso en el complicado entorno económico del año pasado, MBR invirtió más de dos millones de euros en su planta de Reinosa, adquirida en 2019 y equipada desde entonces para fabricar las piezas de mayor tamaño del catálogo de la empresa. Este año está prevista también ahí una nueva inversión de 1,5 millones de euros para instalar la que sería la mayor de las fresadoras de la fábrica y, según destaca Jesús Mediavilla una de las máquinas más modernas del norte de España. “La tecnología y la mejora continua es lo que nos permite crecer, consiguiendo que los procesos sean más seguros, más rápidos y más cómodos para el operario”. Mecánica Brañosera cuenta actualmente con cerca de 50 trabajadores en una plantilla en la que son mayoría los jóvenes, muchos de ellos formados por la propia empresa. “El ‘know how’ desarrollado estos últimos catorce años, en los que nos hemos dado muchos golpes pero también hemos aprendido mucho, es una de nuestras principales ventajas competitivas. También la tradición industrial de la comarca, aquí no hay que explicar a nadie lo que es una colada, la forja o el mecanizado”, recalca Jesús Mediavilla, que considera que todo ello situa a la empresa en una buena situación para encarar un futuro que, en lo inmediato, considera prometedor: “Creo que vamos a vender más, porque hemos hecho más clientes y porque vamos a ampliar la cartera de producto. Van a ser unos años buenos”, concluye.