La autoedición cambia las reglas de juego del libro
El desplome del negocio tradicional ha llevado a las empresas editoras a poner sus estructuras al servicio de los autores interesados en situar en el mercado sus obras y que están dispuestos a invertir para conseguirlo. Llevar a las librerías una pequeña tirada de una novela, o un libro de poesía, puede salir por unos 600 euros. La cántabra Montañas de Papel, filial del grupo Estvdio especializada en autoedición, es una de las empresas pioneras en un campo que cuenta ya con auténticos gigantes con presencia internacional.
Texto de Jose Ramón Esquiaga @josesquiaga Fotos de Nacho Cubero Publicado en septiembre de 2014
Durante el año 2013 se editaron en España 76.434 títulos, una cifra que por su volumen, y si no se acompaña de otras, podía llevar a pensar en un negocio en auge. Lo cierto es que la Federación de Gremios de Editores de España, que es quien ha recogido el dato en su estudio anual sobre el sector, habla de una situación rayana con lo catastrófico y caracterizada por las tiradas menguantes y por un número cada vez mayor de ejemplares sin vender, que vuelven a los almacenes tras un paso fugaz por las estanterías de las librería, o sin haber llegado siquiera a estas. En total, el estudio calculaba una caída del 11% en las ventas, con números negativos en prácticamente cualquier clasificación temática, con la única excepción del libro de texto no universitario. Que en esas circunstancias sigan saliendo al mercado más de 200 títulos diarios es una de las características más llamativas del sector editorial, un fenómeno que en los últimos años se ha visto favorecido por la bajada en los costes de impresión y por el peso creciente de la autoedición en el conjunto de la oferta.
Que sea el propio autor quien corra con los gastos de edición de su obra no tiene nada de novedoso, y no es exactamente ahí donde se localiza el principal impulso en las cifras de salida al mercado de nuevos títulos. De hecho, y aunque los datos que publica el Ministerio de Cultura sí que recogen información sobre el peso del autor-editor en el total de la producción –que baja en el paso de 2001 a 2012, año al que corresponde el último análisis– no es fácil cuantificar el fenómeno, porque en buena parte de los libros publicados mediante esta fórmula quien aparece como editor es, en efecto, una empresa editora. Es ahí donde hay que buscar el principal cambio en las reglas de juego del libro, con las editoras convertidas en proveedoras de un servicio para el autor, al que ofrecen la corrección de los textos, el diseño del libro, su impresión y distribución –e incluso la promoción de la obra– a cambio de una cantidad pactada previamente. La mayor parte de las veces, todo este trabajo se realiza a través de un sello eidtorial creado expresamente para atender este mercado.
Es el caso del grupo Estvdio –propietario de las librerías del mismo nombre y editor convencional bajo esa misma denominación– que bautizó como Montañas de Papel a la empresa creada para cubrir la demanda de autoedición. A través de ella ha editado una veintena larga de títulos con esta fórmula, lo que le convierte en una de las pioneras en Cantabria dentro de un área al que el director de Montañas de Papel, Manuel Bahíllo, adjudica un gran potencial de crecimiento. “Para una editorial pequeña, tal y como está ahora mismo el mercado, es prácticamente imposible conseguir rentabilidad para una edición convencional. Para el autor eso supone que es prácticamente imposible publicar su obra. Las fórmulas de autoedición, o coedición, ofrecen una salida adecuada para ambas partes”.
En el mercado existen ofertas de todo tipo para quien quiera invertir en su propia obra, en un amplio abanico de precios que varían en función de los servicios que se contraten y de la propia tirada. Un primer escalón, que difícilmente entraría en lo que aquí se trata pero que supone una referencia de entrada, encontraríamos iniciativas como las de Amazon, completamente digitales y con coste muy bajo para el autor, pero también sin ningún valor añadido y con algunas incertidumbres en el ámbito de la distribución de la obra y los derechos de autor. Un paso más adelante se situarían la multitud de páginas de Internet que ofrecen dar forma de libro al texto que les remite el cliente, y mandarle los ejemplares que desee, que normalmente son muy pocos. El cliente tipo de este producto no suele tener más objetivo que el tener un puñado de volúmenes que distribuir a familia y amigos.
Para hablar de autoedición a través de editoriales especializadas tendríamos que subir un peldaño más, hasta aquellas empresas que ofrecen al autor diseño, corrección ortotipográfica, distribución y promoción, según un modelo muy cercano a la edición tradicional pero que presenta diferencias fundamentales respecto a esta. La principal sería que aquí es el autor el dueño de su obra, sobre la que mantiene el control final en todos los aspectos, tanto antes como después de que el libro esté en la calle. De esta manera, quien en la edición tradicional es un proveedor de contenidos al servicio del editor, pasa en la autoedición a convertirse en cliente de este. Y el cliente, ya se sabe, siempre tiene razón.
“En esencia es así, en efecto –admite Manuel Bahillo– pero al menos en el caso de Montañas de Papel intentamos acompañar al autor, realizar una labor de tutelaje, haciendo sugerencias tanto en relación a los contenidos como en la redacción, en la distribución y en la promoción. Es verdad que la última palabra es suya, pero somos editores y podemos ayudarle. Nuestro objetivo es conseguir la satisfacción del cliente, y consideramos que una parte del servicio que ofrecemos es conseguir que el autor recupere su inversión”, explica Manuel Bahillo. El coste que para un autor tiene acceder a la autoedición es muy variado, tanto como lo es el catálogo de servicios y el creciente número de empresas que los ofrecen. En el caso de Montañas de Papel, el precio partiría en el entorno de los 600 euros para una tirada de 100 ejemplares de una pequeña novela o un libro de poesía. Los precios aumentarían, lógicamente, con la tirada, el número de páginas o la inclusión de fotografías. “Se trata de un producto muy modulable, cuyo precio dependerá de lo que se contrate. En el mercado, luego, hay de todo. Nosotros quizá no somos los más baratos, pero cumplimos lo que decimos, sobre todo en lo relativo a la distribución, que es la parte más débil para la mayoría de las autoeditoras”.
Con más de 70.000 títulos publicados cada año, llegar a las librerías es el gran reto de cualquier libro, y no sólo para los que nacen bajo la fórmula de la autoedición. La pertenencia al grupo Estvdio garantiza que los libros editados por Montañas de Papel lleguen a las estanterías de las siete librerías de la empresa y, a través de los acuerdos que mantiene la cadena, con otras cuarenta librerías de la zona norte de España. Esta distribución entra dentro del servicio básico que ofrece la empresa, como también el organizar la presentación de la obra y enviar las correspondientes invitaciones y notas de prensa a los medios de comunicación. Todo ello en aras de conseguir el objetivo de que el autor recupere la inversión, y como apunta Manuel Bahillo, que quede satisfecho y vuelva a contar con Montañas de Papel en una segunda o tercera oportunidad, lo que según la experiencia del editor es bastante habitual.
Para conseguir recuperar lo invertido el autor cuenta, como sucede en el caso de la edición tradicional, con la venta de ejemplares, aunque con un reparto notablemente diferente de las cantidades facturadas por este concepto. Cuando quien asume la inversión es el editor, los agentes a retribuir son el autor –al que le corresponde en torno al 10% del importe del precio de venta– la librería y la distribución –cuya retribución se movería en el entorno del 35 y el 15%, respectivamente– y el editor, que cobraría el resto. Para buena parte de las autoeditoras, el contrato con el autor se limita a la producción física del libro a cambio de la cantidad pactada, por lo que todo lo que este consiga vender sería para él. Esto, que apunta Bahillo es lo habitual, suele terminar con un montón de cajas de libros en el domicilio del autor, que apenas consigue vender algunos ejemplares a familia y amigos. El contrato de distribución de Montañas de Papel retribuye al autor con un 65% del precio de venta de los ejemplares en las librerías de Estvdio, y con un 45-50% cuando la venta se realiza en el resto de establecimientos asociados. En todo caso, explica Bahillo, no es un contrato exclusivo, y el autor puede vender por su cuenta, del mismo modo que podría llegar a acuerdos de distribución por su cuenta, o incluso firmar un contrato de edición convencional si su libro se convierte en un superventas.
Hoy por hoy todavía cuesta imaginar un bestseller editado fuera de los canales convencionales, pero ya existen ejemplos de títulos nacidos gracias al empeño y recursos económicos del autor que han sido reeditados por alguno de los grandes o que, cuanto menos, han abierto las puertas del mercado a autores que no tenían otra forma de ver publicada su obra. Lo que parece claro es que con la tecnología empujando a la baja los costes de producción, y con el mercado en recesión, las reglas para la supervivencia de la industria del libro se están escribiendo en estos mismos momentos, y probablemente serán muy distintas a las que han existido hasta ahora.