“La creación de empleo va a superar las expectativas del Gobierno”
Aunque mantiene un discurso crítico con buena parte de la política económica del Ejecutivo de Mariano Rajoy, Gonzalo Bernardos está convencido de que España ha entrado en una fase de recuperación que se traducirá en crecimientos próximos al 3% anual durante los próximos cinco años. El economista, que se desplazó a Cantabria para pronunciar una conferencia sobre el mercado inmobiliario, cree que la recuperación es sólida pero alerta sobre el efecto más pernicioso de la crisis: las desigualdades de renta.
Texto de Jose Ramón Esquiaga @josesquiaga Publicado en julio de 2015
Gonzalo Bernardos pertenece a la inverosímil estirpe de los economistas mediáticos, aquellos que exponen sus teorías y previsiones en televisión, en ‘prime time’ y sin que ello suponga un desplome de la audiencia. Es una condición que puede rastrearse en la facilidad con la que expone sus ideas, con un lenguaje que huye del academicismo y en el que propone titulares periodísticos a razón de uno por cada dos o tres frases. Pero por encima de sus cualidades comunicativas, el discurso de Bernardos es pródigo en argumentaciones y destaca por una característica singular: muy comedido a la hora de reconocer virtudes a la política económica del Gobierno de Mariano Rajoy, no pone en duda la solidez de la recuperación y augura cinco años de importante crecimiento económico y de empleo. Profesor del Departamento de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos se desplazó a Santander invitado por el Colegio de Economistas de Cantabria, que organizó una conferencia sobre el mercado inmobiliario. Por ahí empezó una conversación que tocó este y otros aspectos relacionados con la recuperación económica, su alcance, amenazas y limitaciones.
Pregunta.- Ha venido a Cantabria a hablar de las claves de la recuperación inmobiliaria. ¿Es una visión sobre un futuro más o menos próximos o se trata de claves que ya es posible identificar a día de hoy en el mercado?
Respuesta.- Ya están aquí. La recuperación del mercado inmobiliario es ya bastante notable y para el año que viene lo será mucho más. Mi expectativa es que el precio de la vivienda suba este año un 5% y el año que viene la subida se aproxime al 12%. Es cierto que es una recuperación gradual, que primero se notará en las buenas zonas para extenderse a partir del año que viene a otras áreas.
P.- ¿En qué lugar queda Cantabria en esas previsiones?
R.- No tengo datos de otras localidades, pero si hablamos de Santander hay que decir que sobre todo en el centro no hay un exceso de oferta, y eso la sitúa entre las ciudades donde antes van a recuperarse los precios. Si la comparamos con capitales de un tamaño similar, como Valladolid, o Vitoria, estas tienen uno o dos barrios construidos con todo por vender, lo que no sucede aquí. Allí donde hay exceso de oferta, este año se mantendrán los precios y se aumentarán las ventas. En Santander la recuperación de los precios va a llegar antes, posiblemente durante este segundo semestre.
P.- Entiendo que hablamos de vivienda nueva.
R.- No, de vivienda en general. El precio subirá antes en los mejores barrios de las grandes ciudades, donde veremos ya incrementos del 10% este año, y eso se debe a que ahí no hay vivienda disponible. Y son zonas adineradas, donde los compradores superan el nivel de renta que los bancos están poniendo como listón para conceder financiación, por encima de los 3.000 euros netos de ingresos mensuales. Allí donde hay exceso de oferta y los compradores no lleguen a ese nivel de renta, habrá que esperar.
P.- Es un listón muy alto, muy lejos de las rentas medias.
R.- Pero irá bajando. Ahora es difícil que te financien si no tienes esos ingresos netos de más de 3.000 euros, pero algunos bancos que quieren ganar cuota de mercado bajarán el listón a 2.500. También irán bajando los diferenciales sobre euribor, y eso ya lo estamos viendo. Pero no es solo el listón: necesitas tener ahorrado el 30% del total, porque los bancos solo conceden el 80% del valor de tasación, y tienes que pagar el resto, y los gastos de la operación, con capital del que ya dispongas. Pero así es como se empieza, el año que viene veremos que el banco empieza a abrir la mano. Si hablamos de porcentaje de la cuota del préstamo sobre ingresos, ellos piden que no exceda del 40%, pero pronto empezará a ser el 45%, volverán las hipotecas de cambio de vivienda… Al banco le preocupa mucho dar financiación cuando el precio de la vivienda baja, porque en ese caso la garantía es mala. Cuando el precio de la vivienda sube, esto empieza a preocupar bastante menos.
P.- Pero en último término esas son las prácticas que nos han llevado hasta aquí.
R.- Es que es la pura lógica bancaria. Si me pregunta si los bancos van a volver a hacer las barbaridades que hicieron, la respuesta es contundente: si les dejan, sí. La lógica bancaria es tan sencilla como que cuando los tipos de interés son bajos, como ahora, el negocio está en el volumen. Y para conseguir volumen hay solo dos alternativas: la fusión con otra entidad financiera, o incrementar notoriamente el activo. Para esto segundo hay que dar crédito, y ahí tenemos tres alternativas: el crédito personal, el empresarial y el hipotecario. De estos tres, el que tiene más garantías es el hipotecario. No hay más.
P.- Frente a esa lógica están los instrumentos que se han habilitado para impedir que se repitan los excesos del pasado. Eso nos han dicho, al menos.
R.- Los hay, en efecto, pero también los había entonces, solo que el Banco de España no quiso aplicarlos. Lo que yo digo es que las actuales circunstancias son favorables a que entremos en una dinámica alcista del mercado inmobiliario, y que los bancos van a aportar financiación. Tengamos en cuenta que para los particulares no existen grandes alternativas frente a la inversión en vivienda, y para los grandes inversores internacionales España está muy de moda. En América Latina se ha formado una burbuja inmobiliaria importante, en Reino Unido y Estados Unidos los precios llevan cinco años subiendo, en Berlín la vivienda está en máximos… ¿Qué país es el que comparativamente está barato? España.
P.- ¿Qué papel va a tener este mercado inmobiliario alcista en la incipiente recuperación de la economía?
R.- Ayudará mucho. Vamos a ver una reactivación clara de la construcción, sobre todo a partir de 2016 y en 2017, y eso va a generar empleo para el colectivo más difícil de emplear, los parados sin formación. Y el sector de la construcción paga comparativamente bien. Un promotor que construye viviendas abona salarios claramente más altos que los que abona Inditex, por ejemplo. Eso va a ser fundamental para consolidar la recuperación económica.
P.- Hábleme de esa recuperación. Las cifras de crecimiento son difícilmente contestables, pero hay dudas sobre la capacidad de mantenerlas en el tiempo.
R.- España ha hecho tres revisiones al alza del crecimiento del PIB en los últimos meses, y hay razones para ello. ¿Se debe a que Mariano Rajoy es un lince y ha acertado en todo? Acertó desde luego cuando no pidió el rescate, pese a que se le reclamaba desde todas partes. En lo demás le ha tocado el gordo de Navidad y el Niño sin haber comprado décimos. La depreciación del euro, que nos hace mucho más competitivos fuera de la zona euro, que Europa haya dejado de hacer el idiota y, en lugar de negarse a comprar bonos públicos, haya pasado a hacer lo mismo que llevan haciendo Estados Unidos y el Reino Unido desde hace casi seis años, la bajada del precio del petróleo… En todo eso el Gobierno no ha tenido nada que ver, y todos son factores que inciden sobre el crecimiento económico.
P.- Pero las familias también han comenzado a gastar. Tanto que el consumo crece más que la renta disponible, ¿cómo se explica?
R.- Es obvio que hay una recuperación de la confianza. Quien estos años pasados tenía miedo de perder el empleo, funcionarios incluso, ahora no tiene ese temor y está utilizando los ahorros generados en ese tiempo. Normalmente cuando sales de una crisis de competitividad, lo primero que se recupera es las exportaciones, luego la inversión, después el empleo y lo último el gasto de las familias. Aquí no, aquí la clase media alta se ha puesto a gastar, compra bienes duraderos, electrodomésticos, automóviles, hace reformas en su casa… El año pasado el PIB crece un 1,4%, pero el gasto de las familias el 2,4%. Más datos: según el INE la remuneración por trabajador bajó el año pasado un 0,2, pero el año pasado se crearon 465.000 puestos de trabajo, no a tiempo completo, pero en total. Entonces ¿cuánto sube el conjunto de la remuneración?: el 1,3%. Eso es muy poco y no explica el aumento del consumo que ves en el gasto de las familias. Esto se explica porque se está usando el ahorro, que se ha ido a niveles mínimos. Si no suben los salarios y el empleo, esto es pan para hoy y hambre para mañana, porque los ahorros no duran para siempre.
P.- ¿En qué medida esto es un riesgo para el crecimiento, porque no es solo que los ahorros no vayan a durar eternamente, es que el petróleo en algún momento empezará a subir?
R.- No espero cambios notables en el precio del petróleo a medio plazo. Vamos a seguir teniendo exceso de oferta, por la aportación del fracking y por la mejora de otras técnicas extractivas. Al mismo tiempo, la demanda va a seguir bajando, porque China y América Latina, que son quienes más petróleo consumen por tonelada de producción, no están pasando un buen momento. Respecto al gasto de las familias, hay factores que llevan a pensar que se va a mantener: este año van a crecer los beneficios empresariales, y eso es renta disponible, los funcionarios recuperarán la paga retirada en 2012, se generará empleo en la construcción, hay expectativas de mejora de salarios… La economía española no va a tener un problema de crecimiento: si Europa mantiene su política monetaria vamos a entrar en un periodo de crecimiento económico de cuatro o cinco años, con subidas del PIB de alrededor del 3% anual como mínimo. El problema no es este, el verdadero problema es la distribución de la renta, las desigualdades que se han generado durante la crisis.
P.- ¿Y qué propone para corregirlo?
R.- Es relativamente sencillo. Habría que liquidar la reforma laboral, hacer una nueva legislación que permita un equilibrio entre los intereses del empresario y los del trabajador. La actual reforma laboral ha creado una división clara, con una parte de los trabajadores a los que les va relativamente bien, y una mayoría que no ve la recuperación por ningún lado. Aunque la Agencia Tributaria ofrece los datos con cierto retraso, y es verdad que aquí hablaríamos de lo que se declara, no de lo que se gana, aquí tenemos información muy interesante: en 2013 había 5,7 millones de personas que cobraban 645,3 euros o menos, otros dos millones estaban entre esa cantidad y los 965 euros. Súmale los 5 millones de parados y el casi millón de autónomos que no llega a los 1.000 euros al mes. Con eso tienes a 14 millones de españoles que lo están pasando muy mal.
P.- Pero incluso con eso, tenemos ese aumento de consumo de 2014.
R.- Por una parte eso se explica por lo que hemos dicho del ahorro. Y también porque en los nuevos empleados, que parten de una situación difícil y tienen sueldos muy bajos, todo lo que ganan va al consumo. No tienen otra posibilidad. Hay que aprovechar la recuperación para corregir esto. Porque insisto en que vamos a ver crecimientos económicos muy significativos, y que la creación de empleo va a superar incluso las previsiones del Gobierno: dicen que este año se van a crear 600.000 empleos, yo creo que vamos a estar más cerca de los 700.000.
P.- Permítame que insista con algunas incertidumbres que pueden ensombrecer ese optimismo. Este año tenemos dos convocatorias electorales, lo que afecta a la economía de hoy, por el efecto que tiene en el gasto público, y provoca dudas sobre lo que pueden traer los resultados.
R.- No creo que este asunto vaya a tener especial repercusión, porque doy por sentado que Podemos no va a gobernar. Si gobernase Podemos sí que tendríamos todas las incertidumbres del mundo, porque no sabemos qué programa tiene y porque lo cambia cada cinco minutos. No sabemos qué fue de aquellas propuestas que quedan magníficas cuando se habla en televisión, pero son imposibles: la jubilación a los 60, el impago de la deuda pública, la renta básica… Tal y como yo veo las cosas, de las elecciones va a salir un gobierno de coalición de Ciudadanos, bien con el PP o bien con el PSOE. En cualquiera de los dos casos, eso es garantía de estabilidad.
P.- Sigamos con las amenazas: usted está convencido de que Grecia va a salir del euro. Hasta hace muy poco se nos decía que eso iba a ser una catástrofe, por el efecto contagio para los países del sur de Europa.
R.- Grecia saldrá del euro y no pasará nada. Pasaría si los inversores se pusieran a vender deuda española, portuguesa o irlandesa y no hubiera ningún comprador. Pero hay uno que tiene un arsenal monumental que nos ha dicho que va a utilizar: el Banco Central Europeo. Saldrá Grecia y veremos que la Bolsa baja un 15% en una semana, quizá un poco más, que los tipos de interés de la deuda suban un 1%… fuegos de artificio. La salida del euro va a ser buena para Grecia, que podrá devaluar la moneda, recuperar competitividad y volver al crecimiento. Es lo que ha hecho toda la vida.
P.- También es lo que hacía España.
R.- Pero nosotros no lo necesitamos. Grecia no crece, pero nosotros sí. Es cierto que si sale Grecia eso supondrá que en lugar de crecer a ritmos del 3% anual crezcamos un 2,5%, pero esa será toda la repercusión.
P.- También el impago de la deuda que Grecia tiene con sus acreedores, incluida España.
R.- Por supuesto, olvídate de cobrar. Un país puede devolver su deuda cuando debe poco y cuando crece. Cuando debe mucho y no crece la quita es obligada. Esa es la situación que tenemos con Grecia.
P.- También hay quien dice que España no va a poder pagar su deuda.
R.- Esa cantinela la llevo oyendo desde 2009, son gente inasequible al desaliento. ¡Pero si tenemos el interés negativo en la deuda a corto plazo! ¿Cómo un país que este año subirá la recaudación de impuestos entre el 7 y el 8% va a tener problemas para pagar su deuda? Es ridículo. España dedica el 4% de su PIB al pago de la deuda pública. Una familia que dedique el 4% de su renta al pago de la hipoteca, ¿tiene problemas para pagar?
P.- Pero la deuda sigue creciendo, y que el ratio de deuda sobre PIB cada vez es mayor.
R.- En Estados Unidos a finales de la II Guerra Mundial el ratio de deuda sobre PIB era del 150%, y en el Reino Unido mucho más. Hicieron varias cosas. Lo primero crecer, y mucho. Luego subir impuestos a los ricos. Lo tercero fue generar una cierta inflación y, por último, mantener presupuestos relativamente equilibrados. En 15 años la deuda bajó a la mitad. Ahora bien, si me dices que vamos a hacer lo mismo que Zapatero en los años 2009, 2010 y 2011, entonces sí, entonces es un horror. Pero si mantenemos un déficit controlado no va a haber problema con la deuda: si tengo un déficit del 2% y una inflación del 4%, ya he reducido la deuda un 2%, sin hacer nada más.
P.- Ahora mismo tenemos inflación negativa.
R.- Pero eso va a durar dos días. En una economía que crece como la europea, cuando se diluya el efecto de la bajada del precio del petróleo, allá por el mes de octubre, vamos a tener la inflación en el 2%, y eso será una magnífica noticia. Inflaciones entre el 2 y el 4% nos ayudarán a bajar significativamente la deuda. Hay que esperar que eso lo entienda Alemania y que su obsesión con la inflación no nos lleve al escenario contrario, una deflación que sí sería muy perjudicial para nosotros.
P.- Veo que su optimismo es a prueba de incertidumbres.
R.- Pero no es un falso optimismo. No estoy de acuerdo con las políticas del PP, sobre todo en materia de distribución de la renta, pero lo que no puedo hacer es negar la realidad: Rajoy va a acabar la legislatura con menos parados que los que dejó Zapatero, y va a tener más o menos el mismo volumen de empleo. En mi opinión las políticas económicas del PP han sido un desastre en términos de distribución de renta, pero lo que es innegable es que este 2015 ha empezado un ciclo de crecimiento que va a durar bastantes años.