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La obra pública pierde altura en Cantabria

Tras marcar un notable récord en 2023, el total de lo invertido en obra pública por las diferentes administraciones volvió el pasado ejercicio a cotas comparables con las que han venido marcando las estadísticas de Cantabria desde el final de la crisis sanitaria, pero por debajo del nivel alcanzado cualquiera de esos años. Ese retorno al pasado deja la cifra final de 2024 un 54% por debajo de la registrada doce meses antes, un descenso achacable sobre todo al fuerte descenso de lo licitado desde la Administración central, aunque también la inversión de la autonomía se situó por debajo de la referencia de 2023. Según los datos de Seopan, solo los ayuntamientos mejoraron su dato anterior.

José Ramón Esquiaga |  @josesquiaga | Marzo 2025

Como no dejan de lamentar las empresas del sector cada vez que se les pregunta sobre ello, el sube y baja en el que acostumbran a moverse las cifras de inversión pública en infraestructuras son un lastre que condiciona toda la actividad en este campo, al forzar una discontinuidad que es contraria a cualquier lógica de mercado. La influencia que en ello tienen los ciclos electorales suele citarse como el principal factor para explicar el problema, pero cuanto menos en lo que tiene que ver con Cantabria y con los datos más recientes, a veces resulta insuficiente para hacerlo. Porque las cifras de licitación pública registraron el año pasado una caída que, aunque por sus proporciones cabría calificar de desplome, queda matizada por la excepción que marcaron las del año precedente, que marcaron un récord tan notable como para poder hablar de una salvedad histórica. Es cierto que las de 2023 pueden interpretarse como inversiones marcadas por la proximidad de la concentración de convocatorias a las urnas del año pasado, confirmando por tanto la influencia de estas en el dato, pero lo cierto es que el descenso de lo licitado en Cantabria por las diferentes administraciones públicas coincide con el incremento registrado en el conjunto de España, lo que lo desmentiría.

Porque de acuerdo a las estadísticas de licitación que recoge Seopan –patronal de las grandes empresas constructoras de obra pública– la administración central, la regional y el conjunto de ayuntamientos sacaron al mercado obras por valor de algo más de 358 millones de euros durante el pasado año en Cantabria. Es una cifra menor, aunque cercana, a las registradas en los primeros años de la década, cuando las estadísticas empezaron a recuperarse de la atonía que siguió a la gran crisis financiera, pero casi un 55% menor a la de 2023, los cerca de 790 millones de euros que marcaron el nuevo récord de inversión pública en Cantabria. El contraste con lo sucedido en el conjunto de comunidades autónomas, y el argumento para cuestionar la influencia de los ciclos electorales, viene dado por el crecimiento del 4,5% registrado en el total de lo invertido en España.

Cae la inversión de la Administración central

En el detalle de lo invertido por cada una de las administraciones, y en lo que supone dar la vuelta a lo sucedido en el ejercicio precedente, lo licitado por la Administración central explica el desplome del año pasado, como explicó también la mayor parte de la subida de 2023. Los 134,2 millones de euros invertidos desde Madrid el año pasado son 655 menos que la cifra de 2023, un descenso del 83% que lastra el conjunto de la estadística.

Estadística de licitación, en España y Cantabria. En este último caso, también segmentada por administración. Datos en miles de euros. Fuente: Seopan.

En una región con el tamaño y la capacidad inversora de Cantabria, la gran influencia que en el dato de lo licitado tiene la Administración central viene marcada por la salida al mercado de actuaciones en materia de infraestructuras que, por su cuantía, tienen capacidad para desvirtuar las comparaciones entre ejercicios. Con todo, y por más que se amplíe el foco temporal para evitar ese efecto, la cuantía de lo licitado por la Administración central en Cantabria durante el pasado ejercicio se sitúa también claramente por debajo del dato de 2022 y 2021 –un 15,7 y un 38%, respectivamente revisar– y solo claramente superior a la del anómalo ejercicio de 2020. Yendo más atrás en la comparación, el dato de 2024 sí supera la media de lo invertido anualmente durante la década anterior, con la excepción de los 278 millones licitados en 2017.

Más estable en el tiempo se muestran las inversiones del Gobierno regional y los ayuntamientos. En todo caso, solo estos últimos aumentaron su inversión en infraestructuras el año pasado, concretamente el 48% que separan los 87,5 millones de 2024 de los poco más de 59 de 2023. En el caso de la Administración regional, las cifras cayeron un 18,4% el pasado año, cerrando en un dato que es también ligeramente inferior al de 2022 pero que, a diferencia de lo que sucede con lo invertido por la Administración central, mejora cualquier de los ejercicios anteriores.