Movilidad alternativa

El modelo de coche compartido en alquiler llega a Cantabria de la mano de Guppy, una empresa que gestiona su relación con los clientes a través de una app, cobra en función de los kilómetros y no del tiempo de uso y compone su flota exclusivamente con modelos eléctricos. El arranque de la actividad en Santander ha supuesto la creación de 8 puestos de trabajo y una inversión de dos millones de euros, la mayor parte destinada a la adquisición de 50 coches del modelo Renault Zoe.

Sara Sánchez Portilla | Enero 2021

Una `flota verde’ ha llegado a Cantabria. Las empresas Remolques Unidos de Santander y Guppy se han asociado para traer a la región un total de 50 coches eléctricos que estarán disponibles para su alquiler en diferentes puntos de la ciudad de Santander, a la espera de que los usuarios, a través de la aplicación ‘Guppy–car sharing’, comiencen a hacer uso de una opción de movilidad sostenible que, según sus promotores,  puede lograr un ahorro en emisiones de 140 toneladas de CO2 en el primer año, y que ha supuesto una inversión de dos millones de euros y la creación de ocho empleos fijos.

La llegada de esta nueva iniciativa a Cantabria se produce en un momento marcado tanto por las nuevas condiciones de movilidad asociadas a la crisis del Covid-19, como por el compromiso de las diferentes administraciones por buscar alternativas al uso tradicional del vehículo privado. Facilitar el paso de los motores de combustión a las energías limpias, en línea con los objetivos de reducción de las emisiones con efecto invernadero, y generar nuevos hábitos en los usuarios son algunos de los objetivos que dieron lugar a la puesta en marcha de Guppy, que dio un giro sostenible con el medio ambiente al alquiler de coches, haciendo que su flota de vehículos fuera 100% eléctrica.

Nacido en Asturias, el proyecto encontró la forma de dar el salto a Cantabria a través de la empresa Remolques Unidos, que había creado la asociación Cantabria Movilidad Sostenible, lo que facilitó dar el paso, según explica Juan Gracia, director de la plataforma Guppy en Cantabria. La iniciativa se concretó el pasado mes de diciembre con la compra de los vehículos, todos eléctricos y todos del modelo Renault Zoe Neo, que fueron adquiridos en el concesionario Vidal de la Peña.

En la página anterior, dos de los vehículos de la flota de Guppy, recargando en las instalaciones de la empresa en Santander. Junto a estas líneas, la aplicación de móvil a través de la que los clientes pueden contratar los servicios de la empresa.

La relación con los clientes y la forma en que se contrata el servicio de alquiler son, junto a la apuesta por los vehículos eléctricos, los otros elementos que diferencian el servicio de Guppy de otros alquileres de vehículos sin conductor. El cliente puede realizar todas las operaciones correspondientes al alquiler a través de la aplicación ‘Guppy–Car sharing’, disponible para smartphones y donde podrá localizar el vehículo más próximo a su ubicación. “Hemos habilitado una zona muy grande de Santander, en la zona centro, y también en la zona del Sardinero y centros comerciales, para tener paradas en exclusiva. Son puestos fijos donde nuestros usuarios pueden tanto recoger el coche o dejarlo. En la aplicación podrás localizar dónde se encuentran los vehículos y recogerlos en el lugar más cercano a ti”. Además, como indica el director de Guppy en Cantabria, el servicio ofrece a sus clientes la plaza de aparcamiento exclusiva propia de la empresa y delimitada con la publicidad de esta. Al tratarse de vehículos 100% eléctricos, el usuario puede aparcarlos en la zona OLA de forma completamente gratuita, por lo que no tendrá que hacer frente a ningún coste añadido al del alquiler, ni en combustible, ni en aparcamiento: “Una vez el usuario estaciona el coche tiene dos opciones, o devolverlo o bloquearlo mediante el sistema ‘Stand By’, para que nadie tenga acceso a ese coche. Por cinco céntimos el minuto puedes bloquear el coche para que ningún otro usuario lo pueda alquilar”, concreta.

Tarifas: pago por kilómetro

El importe de las tarifas dependerá de los kilómetros que el cliente realice, no del tiempo que le lleve realizar dichos kilómetros. Los diez primeros kilómetros tendrán un coste total de un euro el kilómetro, y siempre fraccionado por lo que si se realiza un kilómetro y medio el precio sería de un euro con cincuenta céntimos, independientemente del tiempo que tardes en realizar el trayecto. “Con esta propuesta de pago por kilómetro hemos querido evitar los problemas que, por ejemplo nos encontramos en grandes capitales, que funcionan por minutos y la gente va a alta velocidad para que la tarifa no ascienda notoriamente. Además, partir del kilómetro 10 el precio del este baja a la mitad, teniendo un coste de cincuenta céntimos”.

Otra de las opciones que puede elegir el cliente como forma de pago son los bonos, que una vez se establece la cantidad que se desea pagar podrá ser consumida sin fecha límite de caducidad. También reciben el nombre de bonos ahorro ya que, dependiendo del saldo establecido, añaden un saldo extra, a cargo de la empresa. Según indica el director de Guppy, el cliente puede poner un saldo de 100 euros y en este caso a esa cantidad es añadida una recarga con un total de 150 euros, por lo que el cliente ahorra un 33% en sus recorridos. “Esos primeros kilómetros que pagabas a un euro, con el saldo prepago con una cantidad de 100 euros reducen el kilómetro a 96 céntimos reales, y los kilómetros que pagabas a cincuenta céntimos pasan a reducirse hasta 33 céntimos”. Por otra parte, en relación a las empresas y autónomos que decidan utilizar Guppy como medio de transporte tienen aplicado un 21% de descuento, desgravando el IVA.

“Tenemos una tarifa de día, pensada tanto para el turista como para alguien que se va a mover mucho. Si nos ponemos en el ejemplo de un usuario que tiene un alquiler en el que ha recorrido 400 kilómetros, el precio sería elevado, sin embargo, hemos establecido que el máximo diario son 60 euros, por encima de ese precio no vas a ser facturado. Aunque hayas hecho kilómetros por valor de 200 euros el importe máximo que va a ser cargado son 60 euros”.

La entrega de los vehículos que supuso, el pasado 11 de diciembre, el pistoletazo de salida del proyecto: Juan Gracia, en el centro, director de Guppy en Cantabria, junto a Lorenzo Vidal de la Peña y Jesús Manuel Pérez, presidente y responsable comercial de Automóviles Vidal de la Peña, respectivamente.

El combustible –electricidad en este caso– está incluido, por lo que no supone un coste adicional mientras que el recorrido no supere los 360 kilómetros de autonomía que tienen estos automóviles. Por ejemplo, si se realiza un alquiler de uno de los coches de Guppy y el cliente desea ir hasta Málaga deberá hacerse cargo del coste del repostaje eléctrico que no superará los seis euros. Sin embargo, si el cliente decide moverse por la ciudad y está a punto de exceder la cantidad de kilómetros, puede dejarlo en un punto de recogida y los empleados de la empresa se encargarán de volver a recargarlo.

Como indica Gracia, el cliente siempre alquilará el vehículo con la batería cargada y en caso de que el usuario realice un alquiler diario será él quien asuma el coste de la recarga si supera los 360 kilómetros de autonomía. “Hemos creado 8 puestos de trabajo dando un servicio de 24 horas por turnos de 8 horas, encargados de ocuparse de los vehículos que están bajos de carga para recargarlos y volver a cargarlos en la ciudad. El usuario solo tiene que preocuparse de conducir, por lo demás, tanto el combustible como la limpieza de este y su seguro, corren de nuestra cuenta”.

Plan de negocio

Según los planteamientos de sus promotores, y con independencia de otros factores a considerar, Guppy sería rentable en Cantabria si la actividad se mueve en el entorno de los cinco y diez viajes por vehículo y día. Entre los factores que pueden hacer variar esa cifra está la forma de alquiler ya que, como explica Juan Gracia, no es lo mismo un alquiler diario de 60 euros que un alquiler pequeño, por lo que debe conseguirse un “equilibrio” que proporcione estabilidad y rentabilidad.

Y, ¿cuál sería el cliente objetivo en el que piensa Guppy? Gracia explica que son varios. En primer lugar estaría el cliente particular, que realiza recorridos pequeños por la ciudad: “Por ejemplo, un padre o una madre que tienen que ir a recoger a sus hijos a la salida del colegio. Todos los coches tienen alzador, para que puedas llevar a tu hijo. Ese sería nuestro primer público, un perfil urbanita, que se mueve por la ciudad, que igual no tiene coche o que va a hacer trayectos cortos y le interesa más mover un coche de este tipo que su coche particular”.

Otra gran categoría de clientes serían los profesionales, que como indica Gracia pueden ser de dos tipos. “Está el usuario profesional que viene de manera esporádica a Santander, que viaja en avión o cualquier transporte, llega a Santander y decide alquilar este coche para facilitar su llegada. Los coches tienen movilidad libre, es decir, aquel usuario que haga uso del vehículo podrá moverse libremente por toda la península, pero siempre deberá dejar el vehículo en uno de los estacionamientos Guppy. Es decir, el trayecto se inicia y finaliza en las zonas habilitadas. El usuario puede por ejemplo coger el coche, ir a una reunión en Bilbao, volver a la ciudad y finalizar el trayecto en la ciudad”, explica. “En cuanto al otro tipo de profesionales que hacen uso de este servicio, están el autónomo y empresas que ahora tienen una flota de vehículos, pero que ante los costes que supone mantenerla, puede optar por nuestro sistema. Hay que decir que la propia aplicación es la llave del coche, por lo que no hay problema de perder la llave. Además, todo el trayecto realizado queda registrado en la aplicación y las empresas pueden consultarlo”. Y finalmente, indica que el último tipo de cliente sería el turista, que llega a Santander y puede hacer uso de los vehículos Guppy sin preocuparse de las zonas con OLA y moverse por la ciudad libremente de forma sostenible.

Competencia

Juan Gracia, director de Guppy en Cantabria.

Los promotores de Guppy creen que la clave para captar clientes está en las alternativas que cada cual elija para desplazarse, y no tanto en la actividad de otras empresas. De hecho, Juan Gracia considera que Guppy no tiene hoy por hoy ningún competidor en Cantabria, ya que son la primera empresa de ‘carsharing’ –coche compartido– establecida en la región. Y en comparación con compañías que operan en las grandes ciudades, el director de Guppy asegura que estas resultan ser “más caras” debido a su facturación por minuto e importe elevado. También recalca que hay que tener en cuenta la filosofía de la empresa, que “marca la diferencia” apostando por una movilidad sostenible, energía limpia y un uso prudente y responsable del vehículo.

En términos de hábitos de movilidad, Gracia considera que la principal competencia a la que se enfrentan puede ser el segundo o tercer vehículo del particular, una alternativa a la que cree poder responder con argumentos como el menor coste, dado el ahorro que el cliente conseguiría en gasto de combustible, seguros y mantenimiento.

La referencia del tiempo que la empresa viene ya operando en Galicia hace ser optimista a Juan Gracia sobre la evolución del negocio en Cantabria: “Esperamos que sea un éxito, que tenga el mismo uso que en Asturias y que eso nos permita seguir creciendo e incorporando más vehículos el año que viene, ya que nuestra idea no es quedarnos solo en cincuenta coches, sino ampliar la flota y modernizar la ciudad con un servicio sostenible. Nuestro objetivo es dar servicio no solo en Santander, sino también en Torrelavega y otros municipios cántabros. Puede ser hasta una solución para el transporte en el entorno rural. Estamos valorando muchas cosas, pero primero vamos a valorar la acogida en Santander”.