NR Ruiz explora todas las rutas
La empresa de Ontaneda, que invierte casi un millón de euros al año en la renovación de su flota de autobuses, tiene previsto abrir nuevas cocheras en Santander para acercar los vehículos a los clientes. La compañía, que se acerca a los sesenta años de historia, opera medio centenar de líneas de transporte escolar y es líder regional en transporte discrecional, además de operar los autobuses turísticos que recorren el parque de Cabárceno. La renovación de las concesiones y adecuar el ‘tour’ de Cabárceno a los nuevos teleféricos son los principales retos que afronta la empresa.
Texto de Jose Ramón Esquiaga @josesquiaga
Aunque puedan parecer mercados muy diferentes –y lo son de hecho en muchos aspectos– ganar una concesión administrativa o hacerse con el contrato para llevar y traer invitados a una boda puede depender de cuestiones similares. De ello puede dar fe NR Ruiz, empresa dedicada al transporte de viajeros por carretera que ostenta una posición de liderazgo en ambos mercados, el de las rutas escolares –alguna contratada directamente con colegios privados, pero la mayor parte de ellas concesiones de la Consejería de Educación– y los servicios discrecionales, donde el cliente puede ser tanto quien organiza un festejo nupcial como cualquiera que necesite un autobús, sea para una excursión o cualquier otro tipo de viaje organizado. Ambos segmentos comparten algunas claves competitivas –la edad y las condiciones de los vehículos, por ejemplo, pero también la relación entre calidad y precio– sobre los que la empresa de Ontaneda ha asentado su estrategia en su ya larga trayectoria. Incidir sobre alguna de esas claves es el objetivo de un plan de inversiones que, además de la sistemática renovación de la flota, contempla también la entrada en servicio de una nueva base en Santander, que permitirá acercar los autobuses a los clientes, con la consiguiente mejora en el servicio y en los costes.
Nacida hace 58 años a partir del servicio de taxi que realizaba su fundador, NR Ruiz –dirigida hoy por la segunda generación familiar– cuenta actualmente con una flota de 50 autobuses, y opera desde bases en Santander –donde dispone de dársenas en la Ciudad del Transporte– y Torrelavega, y también desde la sede central de Ontaneda. La empresa opera medio centenar de rutas de transporte escolar en toda la región, en lo que constituye en torno al 75% de su actividad. La distribución de las bases, aunque condicionada en parte también por el transporte discrecional, responde sobre todo a esta circunstancia, y busca minimizar los kilómetros que los autobuses realizan en vacío. Las nuevas instalaciones de Santander, para las que se han adquirido terrenos en Ojaiz, contarán con una nave de 2.600 metros cuadrados y un espacio descubierto que sumará 22.000 metros cuadrados más. Con esa capacidad estarán en condiciones de dar respuesta al mercado que se concentra en el entorno de la bahía, lógicamente el más activo de la región en términos de demanda.
El servicio de transporte escolar tiene como cliente mayoritario a la Consejería de Educación, que saca a concurso las rutas por periodos de uno o dos años, sobre unas bases en las que la edad de los vehículos, así como su capacidad para transportar a alumnos con movilidad, tiene un peso decisivo a la hora de valorar las ofertas. La posición de liderazgo de NR Ruiz en este segmento se asienta en su capacidad para adecuarse a esos requerimientos y, sobre todo, en hacer compatible las inversiones necesarias para ello con el otro gran criterio para imponerse en una licitación: el precio. “La crisis no se ha notado aquí tanto como en otros sectores del transporte, pero ha tenido una repercusión directa en las tarifas. Nosotros estamos cobrando ahora lo mismo que hace cuatro años”, explica Carlos Ruiz, gerente de la empresa.
Esa circunstancia, y la especialización en el transporte escolar, ha llevado a que la facturación de la empresa se haya mantenido más o menos estabilizada en el entorno de los tres millones de euros en los últimos años, en tanto que los costes han experimentado las variaciones derivadas de los movimientos del precio del gasóleo, la partida más importante en ese capítulo. Tanto 2015 como, sobre todo, lo que llevamos de 2016 han supuesto un respiro en los precios pagados por el combustible, pero solo en la misma medida en que en los años inmediatamente anteriores supusieron un auténtico problema. Encajar el programa de inversiones en esa estabilidad de tarifas y volatilidad de costes es uno de los principales retos que se afrontan en la gestión de la empresa.
Como media, NR Ruiz sustituye cada año tres autocares de su flota, lo que dependiendo de las características de las unidades que se adquieran puede suponer una inversión total cercana al millón de euros. La última unidad adquirida, que está previsto que entre en servicio en octubre, es un autocar de 60 plazas, el primero que NR Ruiz encarga carrozar a Irizar, dotado de todos los dispositivos electrónicos de seguridad y ayuda a la conducción que son habituales en los turismos de alta gama. El coste de un autocar como ese ronda los 300.000 euros.
La legislación y las necesidades que marcan las condiciones para competir por las licitaciones son los criterios claves para decidir la renovación de flota. Ningún autobús puede transportar escolares una vez cumplidos los 16 años, y ese sería el plazo máximo de amortización que se contempla, aunque son muy pocas las unidades que llegan a esa antigüedad: la edad media de la flota de NR Ruiz se sitúa en los cinco años. La variada tipología de unidades tiene una de sus muestras más llamativas en los cuatro autocares destinados a cubrir el recorrido turístico del parque de Cabárceno, una de las concesiones más atípicas que atiende NR Ruiz. Los billetes para cubrir el recorrido cuestan solo un euro si se sacan a través de la web de Cabárceno Tour, conjuntamente con la entrada al parque, y seis si se adquieren una vez dentro de este. En este caso el reto que asume la empresa es doble: renovar la concesión cuando toca y adaptar el servicio a los gustos del visitante. En ese sentido, la entrada en servicio del teleférico se contempla como una oportunidad para aprovechar los cambios en la forma de recorrer las instalaciones que puedan traer aparejada, reduciendo el uso del vehículo privado.
El servicio discrecional
Del total de autocares con que cuenta la empresa, aproximadamente 40 están dedicados a cubrir las rutas escolares. Entre diez y doce se reservan para el transporte discrecional, una muy alta para lo que es habitual en el sector, incluso en empresas mayores que la de Ontaneda. “Es cierto que son muchos para una provincia como Cantabria, pero esa es nuestra apuesta, somos especialistas en transporte discrecional y estamos convencidos de que ahí tenemos un espacio para seguir creciendo. Lógicamente tener tantos autobuses dedicados a eso supone también un riesgo, pero lo asumimos”, apunta el gerente de NR Ruiz. A cambio de afrontar la posibilidad de tener una parte de sus autobuses parados –una contingencia que siempre puede darse en un servicio discrecional– se garantiza una capacidad de respuesta y una calidad en el servicio que también permite aprovechar las oportunidades en un segmento en el que, por definición, no es sencillo hacer previsiones sobre el comportamiento de la demanda. Un ejemplo de esto, y de lo que aporta contar con unidades específicas para el servicio discrecional, se ha visto este mismo verano, cuando NR Ruiz ha sido elegida para dar respaldo a Renfe ante la última avería de la catenaria, una doble circunstancia –la interrupción de la línea férrea, y la cobertura de los autobuses de Ontaneda– que es relativamente habitual.
Más allá de lo que esto pueda tener de anécdota, la estrategia de NR Ruiz pasa por apurar todas las posibilidades de crecimiento que ofrece el transporte discrecional. El tener una flota moderna, tanto por edad como por el equipamiento, o contar con un catálogo de autobuses aptos para cubrir todo el arco de la demanda –desde microbuses hasta autocares de dos pisos, uno de ellos destinado a salones– son elementos competitivos de primer orden para alcanzar ese objetivo, aunque los responsables de la empresa ponen el acento en el componente humano: “La idea es conseguir que el cliente repita, que pida nuestros autobuses cuando va a contratar un viaje, y eso depende en más de un 50% del conductor”, asegura Carlos Ruiz.