“Nuestro principal reto a día de hoy son las pymes cántabras”

Tras su victoria en las urnas, Ángel Pazos llega al cargo de rector de la Universidad de Cantabria con varios desafíos por delante, como el de posicionar a la institución académica en el mapa universitario europeo. Por lo pronto, parece que contará con mayor estabilidad presupuestaria que su predecesor para cumplir con su programa.

Texto de Jesús García-Bermejo @chusgbh

La Universidad de Cantabria ha elegido a su nuevo rector: Ángel Pazos, quien ostentará el cargo los próximos cuatro años, tras obtener su candidatura el 53,7% de los votos, frente al 39,3% logrado por Pablo Coto y su equipo. Licenciado y doctor en Medicina y Cirugía, y catedrático en Farmacología, Pazos llega al rectorado como relevo de José Carlos Gómez Sal, bajo cuyo mandato ejerció de vicerrector de Investigación y Transferencia del Conocimiento. Su triunfo supone, por tanto, la continuación del proyecto que ya en su día iniciase Federico Gutiérrez-Solana, siendo el crecimiento y la internacionalización de la institución académica sus principales objetivos para la legislatura que ahora comienza.

Pregunta.- ¿Cómo valora el proceso electoral recientemente concluido?
Respuesta.- Han sido unas elecciones plurales, con dos candidaturas, lo cual siempre es positivo y enriquecedor. De haberse presentado sólo una, el debate y el interés generado hubiesen sido mucho menores, y eso creo que no es bueno para ninguna de las partes. Lógicamente, estoy muy satisfecho con la victoria lograda, pero también con cómo ha transcurrido todo: se han respetado los cauces democráticos, ha habido una sana rivalidad y los candidatos hemos podido presentar y dar a conocer nuestros programas y discutir de una forma universitaria nuestros puntos de vista.

P.- ¿La participación ha sido la esperada?
R.- Se ha movido en índices similares a pasadas elecciones, dentro de cada segmento. El profesorado permanente y el personal de administración y servicios ha participado, como en otras ocasiones, en niveles cercanos al 80%. En cambio, ha habido una participación más pequeña en el sector formado por profesores asociados, investigadores contratados y alumnos de doctorado, con índices de casi el 40%. Por último, entre los alumnos hemos tenido una participación claramente baja, en la línea de los procesos electorales, no sólo de Cantabria, sino de todas las universidades del territorio nacional. Rara vez se alcanza un 20% de participación estudiantil.

P.- Su victoria es el triunfo de la candidatura continuista. ¿Cuáles son sus grandes objetivos para la legislatura que está a punto de comenzar?
R.- He trabajado codo a codo con Gómez Sal y su equipo, y, lógicamente, las líneas generales de funcionamiento van a ser las mismas. Esto no quiere decir que no haya que modificar aquellas cosas que se puedan hacer mejor o que, directamente, no se pudieron ni siquiera empezar a esbozar por la situación tan complicada que nos tocó vivir a nivel presupuestario. Dicho esto, los grandes objetivos son, por un lado, mejorar la calidad de todo lo que hacemos en la Universidad de Cantabria, empezando por la docencia y siguiendo con la investigación y la transferencia con las empresas y los agentes sociales. Por otra parte, queremos enraizar cada vez más a la UC en Cantabria: somos de Cantabria, estamos financiados por el Gobierno de Cantabria y, por lo tanto, y en primer lugar, nos debemos a Cantabria. Esto quiere decir que tendremos que esforzarnos aún más porque todo lo que hagamos sirva para demostrar lo útiles que somos para la región, formando bien a sus chicos y chicas, investigando para el desarrollo tecnológico de la comunidad autónoma, colaborando con las empresas de aquí y adquiriendo un mayor protagonismo en la vida cultural. Al tiempo, tenemos que ser cada vez más internacionales. El campo de juego de las universidades es el mundo, no Cantabria o España, y tenemos que mirarnos en el espejo de los centros, empresas, alumnos, docentes e investigadores de todo el planeta. Para lograr esto es indispensable que, entre otras cosas, nuestros alumnos hablen inglés cada vez mejor.

P.- Para lograr estos y otros objetivos contar con financiación resultará fundamental. ¿Ha mantenido ya alguna reunión con el Gobierno regional en este sentido?
R.- Desde que se han celebrado las elecciones a rector, obviamente no. Pero antes ya fuimos a visitar al señor Revilla y a la señora Díaz Tezanos y les planteamos la necesidad de negociar el contrato-programa, que por ahora se ha firmado sólo para 2016, con la idea de cerrarlo para el siguiente cuatrienio. Esa es ahora mismo una de nuestras máximas prioridades, pues será clave para poder realizar todas las acciones que nos hemos marcado para la legislatura. Tendremos que sentarnos, aunque, por lo pronto, sabemos que existe buena predisposición por parte del Ejecutivo.

P.- Lo ha comentado entre sus grandes objetivos, pero, concretamente, ¿cómo pretende fomentar la colaboración entre la Universidad de Cantabria y las empresas de la región?
R.- Para nosotros la transferencia con las empresas va a ser una prioridad con mayúsculas, y para lograr crecer en este aspecto vamos a continuar trabajando en las líneas que ya están en marcha, como el acuerdo recientemente firmado con CEOE-Cepyme para abrir y sistematizar toda la colaboración con las empresas de Cantabria en el aspecto docente, investigador, cultural y de intercambio de personas. En la misma línea, ya en el equipo anterior creamos el Foro UC Empresas, el cual vamos a potenciar para que sea, cada vez más, un punto de encuentro entre las necesidades que tienen las firmas de la región y lo que la universidad puede ofrecerles. Un tercer ejemplo de cosas que ya están en marcha sería la convocatoria de doctorados industriales, que en este curso sacamos por segunda vez. Son tesis doctorales que sólo se pueden realizar si son fruto del acuerdo y colaboración entre una empresa y el titulado. De hecho, uno de los directores de la tesis debe pertenecer a la compañía en cuestión.

P.- Además de mantener estas líneas, ¿se marcan algún nuevo objetivo en esa relación empresa-universidad?
R.- Nuestro principal reto a día de hoy son las pymes cántabras. Actualmente, llegamos bastante bien a la gran empresa, pero con las pymes esa relación es más complicada. Por ello, vamos a desarrollar un plan específico de acercamiento a estas compañías en dos sentidos: firmando convenios bilaterales entre pymes y universidad y facilitando que en convocatorias tanto nacionales como europeas, en la que es necesario que junto a un grupo universitario figure una empresa, las firmas colaboradoras sean pymes.

P.- ¿Servirían alguna de estas u otras líneas para facilitar a los universitarios la obtención de un primer empleo, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los estudiantes?
R.- Desde las asociaciones estudiantiles nos han trasladado su preocupación por este tema y nos han manifestado la necesidad de mejorar el sistema de prácticas en empresas. Lo que quieren es que su formación práctica esté cada vez más en sintonía con lo que luego las compañías reclaman. El problema suele radicar en que los planes de estudios tienen su tramitación y, cuando se aprueban y, posteriormente, se ponen en marcha, puede que ya no vayan en la línea de lo que el mercado demanda. Para remediarlo vamos a renovar constantemente la parte práctica de estos planes en estrecha colaboración con las firmas de cada sector.

P.- Tradicionalmente, la Universidad de Cantabria ha sido muy prolífica en investigación. ¿Cuál será la política al respecto en esta próxima legislatura?
R.- Continuará siendo una pata clave, no hay que olvidar que la UC es, de acuerdo al número de docentes, la tercera universidad española en captación de fondos en convenios con empresas, sólo superada por universidades politécnicas. Tenemos muy claro que no podemos perder esa posición de privilegio, y si hay que mejorar o potenciar algo para mantenerla, lo haremos.

P.- ¿Qué se les puede decir a las consultoras y compañías que acusan a la Universidad de Cantabria de competir deslealmente en el campo de la investigación?
R.- Puedo decir que me comprometo personalmente a que la Universidad de Cantabria cumplirá la ley a rajatabla. Puedo garantizar que nunca incurriremos, ni en este campo ni en ningún otro, en acción alguna que no contemple la legislación actual.

P.- ¿Pero considera que realmente se da una competencia desleal con aquellas compañías que se dedican a labores investigadoras profesionalmente?
R.- La Ley General de Universidades tiene un apartado concreto dedicado a convenios, contratos y asesorías técnicas, y estamos hablando de una ley orgánica, no la hemos inventado nosotros. La normativa deja claro que las universidades tienen entre sus funciones la realización de este tipo de convenios, y esa misma ley es la que establece los límites. Esos son los límites que yo garantizo que vamos a cumplir. Por otra parte, en todo el mundo los gobiernos e instituciones recurren a universidades para hacer estudios de todo tipo. La clave es respetar los procedimientos establecidos en los distintos concursos y garantizar que esos concursos estén abiertos a todas las empresas y entidades en igualdad de condiciones. Insisto, nosotros vamos a cumplir con todo ello estrictamente.

P.- Los recortes en la financiación supusieron un incremento en las tasas de matrícula a lo largo de la anterior legislatura. Ahora que parece que la Universidad de Cantabria va a contar con más fondos y mayor estabilidad presupuestaria, ¿está previsto que se reduzcan los precios?
R.- Hemos tenido un enorme recorte presupuestario que no ha sido compensado en absoluto con la subida de tasas, cosa que sí han hecho otras universidades. Piense que centros de Madrid tienen un precio hasta tres veces superior en carreras exactamente idénticas. Nosotros, de acuerdo con el Gobierno, decidimos mantener los estudios de grado en un precio público muy bajo. Además, es importante remarcar que, al contrario de lo que muchos piensan, el dinero que se cobra por las matrículas no entra al presupuesto de la UC. En absoluto. Ese dinero va al Gobierno regional, y es luego el Ejecutivo el que negocia con nosotros el presupuesto del que vamos a disponer.

P.- Entonces, ¿me asegura que en la anterior legislatura no se subieron en absoluto las tasas de matrícula?
R.- Creo que se subieron un 3% sólo en el primer año, pero es importante precisar que no es la propia UC la que fija esas tasas, sino el Gobierno regional. Nosotros lo que le pedíamos al Gobierno cada año, y se lo seguimos pidiendo, es que se quede en la franja más baja que el Ministerio permite, porque fue el Ministerio el que publicó en 2012 una ley en la que se fijaba el incremento mínimo de los precios públicos. A partir de ese mínimo, lo que aseguro es que nosotros no hemos subido nada ni el año pasado ni el anterior. Fue hace 3 cuando se subió ese 3%, un aumento, insisto, ridículo en comparación con otros centros del país. Sin ir más lejos, la Universidad de Barcelona oferta carreras por 3.000 euros que en la Universidad de Cantabria cuestan 1.100 euros. Y hablamos de la misma titulación y los mismos créditos.

P.- De cualquier forma, en su programa se hablaba de congelación y bajada de tasas…
R.- Nosotros incluimos en nuestro programa la intención de congelar el precio público del grado, que ya a día de hoy es de los más bajos de España, además de reducir el precio público de una serie de másteres. La ley diferencia entre los másteres profesionalizantes, que son los que debes realizar si quieres poder ejercer una determinada profesión, para los cuales el Gobierno dice que los precios son relativamente bajos, y los no profesionalizantes. En estos últimos sí que los precios se han disparado. Lo que sucede es que, en la práctica, muchos de estos son tenidos muy en cuenta por las empresas a la hora de contratar. Lo que nos gustaría, previa conversación con el Gobierno regional, es reducir su precio al nivel de los profesionalizantes. En el resto de oferta, nuestro compromiso es que no suban los precios públicos. Ahora bien, pensar a día de hoy en bajar importes, teniendo en cuenta la situación en la que todavía estamos, me parece complicado.

P.- Ya sea o no por el incremento de tasas,  el número de alumnos matriculados en la Universidad de Cantabria se reduce cada curso. ¿Cree que la actual oferta de estudios superiores en la región, mucho mayor la de hace una década, les está restando estudiantes?
R.- Viendo nuestro catálogo de titulaciones y la del resto de centros, y analizando los números, no creo que ese sea el factor más crítico con el que tenemos que luchar a la hora de captar alumnos, aunque somos conscientes de que la situación, en general, ha cambiado. Hace unos años estaba prácticamente garantizado que los cántabros que quisiesen cursar estudios superiores lo harían en la UC. Hoy, es habitual que el estudiante salga de su comunidad autónoma o provincia para formarse, y nosotros tenemos que adaptarnos a esta realidad. Dicho coloquialmente, tenemos que ponernos las pilas para captar y mantener alumnos a través de unas políticas activas, porque estos ya no nos van a venir dados de forma casi automática como en el pasado.

P.- Entiendo entonces que también van a tratar de captar alumnado de otras comunidades autónomas.
R.- Está claro que tenemos que ser mucho más activos buscando alumnos. Es decir, si aquí ofertamos un grado que no está disponible en las comunidades limítrofes, tendremos que acercarnos a esas comunidades limítrofes. Y para ello será necesario gastar tiempo, recursos, fondos y personal. Ahí tenemos un largo recorrido por delante. Luego existen otros factores que ya no dependen tanto de nosotros, como son las becas. Es evidente que, si un estudiante no cuenta con becas, muchas veces va a quedarse en su tierra, aunque eso suponga matricularse en un grado que no le apasione.

P.- ¿Y qué me dice de los ciclos formativos? Cada vez son más los estudiantes que optan por esta opción. ¿Cree que es porque perciben que es más sencillo acceder a un empleo a través de este tipo de titulación?
R.- La Formación Profesional es una opción más para el alumno, y es un sistema que ha demostrado ser eficaz y que, por cierto, en países como Alemania y Francia tiene una estrecha relación con la universidad. Como ya he dicho, debemos adaptarnos a los nuevos tiempos y ser capaces de competir para captar estudiantes. Para ello, además de dejar claro todo lo que podemos ofrecer,  tenemos que ser capaces de transmitir el mensaje de que, a pesar de la compleja situación del mercado laboral español, a más nivel de estudios, más posibilidades de obtener empleo en el corto y en el medio plazo. Y eso no lo decimos nosotros, lo dicen todos los informes y análisis sectoriales. Por otra parte, no hay que obviar que la universidad no sólo sirve para generar los mejores ingenieros, arquitectos o economistas, sino que entre sus funciones está la de formar a las personas críticas del futuro, la gente que debe inyectar los principios de justicia social, la que debe cuestionar lo que se hace mal.

P.- ¿Cuenta la Universidad de Cantabria con las infraestructuras necesarias para un entorno tan competitivo como el actual?
R.- Creo que en los últimos años hemos crecido en infraestructuras y hemos logrado conformar un campus en el sentido amplio del término. Bien es cierto que, dada la crisis y los recortes presupuestarios que hemos sufrido, hay una serie de facultades que necesitan un lavado de cara y una puesta a punto. De hecho, si conseguimos financiación para este apartado en la negociación del nuevo contrato-programa, la invertiremos en renovar aquellos centros que presenten peor estado.

P.- ¿Como cuáles?
R.-  Medicina, sin ir más lejos. En Medicina tenemos un problema estructural muy grande, que además tenemos cuantificado. El problema está en que hablamos de millones de euros, y venimos de unos años en los que la prioridad era pagar las nóminas cada mes y mantener la universidad en funcionamiento.

P.- ¿Cuál diría que es la posición de la Universidad de Cantabria en el mapa universitario nacional?
R.- El Ranking BBVA nos coloca en una posición de privilegio, ya sea en docencia, investigación o transferencia. En unos estudios aparecemos como la cuarta universidad del país, en otros somos la quinta, la sexta… Siempre figuramos entre las seis o siete primeras. Podría afirmarse que la UC cuenta con una buena posición a nivel nacional, pero, dado que cada vez nos movemos en un mercado más global, tenemos que luchar para mejorar nuestra consideración a nivel internacional. Y ahí puedo darle un dato que habla de cosas que ya estamos haciendo en este sentido: este año ha sido el primero en la historia de la Universidad de Cantabria en el que se han captado más fondos europeos para proyectos de investigación que españoles.

P.- ¿No existe cierto déficit en cuanto al número de docentes como para poder pensar en competir con centros universitarios de otros países?
R.- La Universidad de Cantabria estaba, en número global medio, bastante bien en lo que respecta al número de docentes hace cinco o seis años. Sin embargo, en los últimos cursos, debido al bloqueo de la tasa de reposición, no hemos podido reforzar el profesorado. Y no hubiésemos podido aunque hubiésemos contado con los fondos necesarios, puesto que fue el Ministerio de Hacienda el que estableció la tasa de reposición cero, por lo que no pudimos sacar ninguna plaza. Luego hemos estado un año con una tasa de reposición del 10%, es decir, si se jubilaban 20 profesores, podíamos contratar dos. Este último año la tasa ya se ha elevado al 50%, pero por el camino han quedado cuatro cursos en los que prácticamente no ha habido incorporaciones, y en los que se han seguido jubilando compañeros. Ahora mismo existe un déficit muy claro de personal y poco a poco tendremos que ir reponiéndolo. Para ello, será necesario hacer un estudio serio de plantilla y ver dónde tenemos las mayores necesidades; a continuación, necesitaremos disponer de los fondos, y eso depende del contrato-programa; finalmente, hará falta que se libere la tasa de reposición, y eso, como ya le he comentado, está en manos de Madrid.

P.- ¿Qué opinión le merece que se esté sondeando ya la posibilidad de que comiencen a ofertarse grados de tres años?
R.- Aquí lo que se plantean son debates diferentes. Por un lado, se cuestiona si el modelo de tres años de grado y dos de posgrado es mejor que el de cuatro años de grado y uno de posgrado, un debate abierto, con distintas posturas y en el que no me atrevo a posicionarme abierta y rotundamente. Al margen de esto, España valoró durante cuatro ó cinco años qué modelo quería, y al final se optó por el cuatro más uno, que realmente se acaba de implantar. Es más, en la UC muchos alumnos es el primer año que salen con la titulación en base a este esquema, por lo que creo que es poco razonable plantearse nuevos cambios tan precipitadamente. Me parece de sentido común. Podemos empezar a estudiar la posibilidad de los grados de tres años y los posgrados de dos, pero, desde luego, démonos un periodo de tres o cuatro cursos antes de demoler un edificio que justo ahora estamos a punto de terminar de construir. A partir de ahí entrarían en juego otras consideraciones, como la necesidad de reducir el precio de los posgrados al nivel de los grados, porque, de lo contrario, el cambio de modelo sería a costa de un encarecimiento en los estudios.

P.- De cara al futuro, ¿se plantea la Universidad de Cantabria incrementar la oferta de titulaciones?
R.- El incremento de la oferta de titulaciones es algo que siempre está sobre la mesa, porque un centro como el nuestro tiene que estar permanentemente a la vanguardia y en contacto directo con lo que la sociedad necesita. Ahora bien, todo esto requiere una charla con el Gobierno, un análisis presupuestario y un estudio detallado, tanto de los medios con los que contamos como de la demanda real de ese grado por parte de los alumnos potenciales. Con estas premisas, estamos dispuestos a estudiar la posibilidad de incrementar el catálogo de titulaciones e incluso el ofertar dobles grados, una opción que parece que se está empezando a extender en el mapa universitario de nuestro país.