Suministros sanitarios: la oportunidad y el reto

La crisis provocada por la pandemia de la covid-19 ha puesto de manifiesto el carácter estratégico que tiene el abastecimiento de material médico, y también las posibilidades que existen para crear una industria local capaz de asumir esa tarea. La creación de un clúster que agrupe a empresas que trabajen en este ámbito, con independencia del sector desde el que lo hagan, busca dar respuesta a ese desafío con un objetivo que trascienda las actuales circunstancias, aunque pueda sacar partido de lo aprendido con las iniciativas desarrolladas para paliar el desabastecimiento provocado por la primera ola del coronavirus. Con Valdecilla como motor y estandarte, la experiencia de lo acontecido la pasada primavera permite identificar fortalezas, pero también pone en evidencia las dificultades que habrá que superar para afianzar una industria sanitaria cercana.

Cristina Bartolomé |  @criskyraDiciembre 2020

En los meses que llevamos de pandemia se han desarrollado en Cantabria iniciativas empresariales para fabricar suministros sanitarios relacionados con la covid-19, como mascarillas, gel hidroalcohólico, pantallas faciales… Dado que nuestra región cuenta con el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de referencia nacional e internacional, y de una estructura sanitaria de alta cualificación, cabe preguntarse si esta situación puede significar un impulso para crear un tejido empresarial vinculado al ámbito de la salud que provea a los centros hospitalarios y pueda desarrollar un ‘Sillycon Valley’ de la biomedicina. Los primeros pasos para dar respuesta a ese interrogante se han dado con la iniciativa del Gobierno de Cantabria, a través de la Dirección General de Innovación de la Consejería de Industria, que proyecta una clúster de industrias de la salud.

Uno de los primeros ejemplos de la potencialidad de Cantabria en este campo, y también una de las iniciativas que ha dejado claras las dificultades y los retos que se plantean, ha sido la fabricación de los ahora tan conocidos hisopos. En las primeras semanas de la pandemia se dio un desabastecimiento de este sencillo pero crucial instrumento para la detección del covid y el Hospital Virtual de Valdecilla (HvV), bajo la dirección de Ignacio del Moral, los diseñó y fabricó con impresoras 3D. También realizó el diseño las necesarias pantallas de protección facial.

Desde ese momento y hasta mediados de octubre el HvV ha producido 90.000 hisopos destinados al Servicio Cántabro de Salud. “El Hospital Virtual –explica Ignacio del Moral– jugó un papel crucial en servir al Servicio Cantabria de Salud usando su tecnología en el diseño y fabricación del material del que estaba desabastecido. Trabajamos para adaptarnos y, junto a 3D IdeaLab Valdecilla, impulsamos un sistema de prototipado rápido con el objetivo llegar a una producción eficaz”.

A día de hoy el HvV no surte ya de hisopos al SCS: “El último pedido fue en octubre. Tenemos todo preparado por si nos necesitan, pero la cadena de abastecimiento de este material ya tiene un camino estándar”. Ahora, explica el director del HvV, es la empresa cántabra Metacrilatos y Plásticos quien está surtiendo a Valdecilla de pantallas faciales con el diseño cedido por el hospital virtual que, recuerda Del Moral, no es un centro de producción, sino de innovación: “No desarrollamos tecnología, nuestro modelo de negocio está en comprar o probar la que está en vías de comercialización y explorar su aplicación clínica”. En cualquier caso su apoyo sigue vigente: “Si el SCS tiene necesidad de algún material seguimos aportando soluciones, por ejemplo, estamos fabricando un componente para las máquinas que analizan las PCR”.

El reto del coste de fabricación

Una de las salas del Hospital Valdecilla, con todo un muestrario de los materiales y equipos que demanda la atención sanitaria especializada.

Uno de los retos que tiene que superar cualquier intento de crear una industria sanitaria en Cantabria es el del coste de fabricación. Ignacio del Moral considera, por ejemplo, que producir hisopos a gran escala en Cantabria puede ser poco sostenible: “Nadie fabrica 10.000 al mes, habría que montar una planta solo para Valdecilla. No se ha visto como rentable ponerse a fabricarlos, es carísimo, mientras que su precio es de apenas unos céntimos cuando se traen por ejemplo de China. En el momento en que nosotros nos pusimos a fabricarlos no había otra posibilidad que hacerlo de forma artesanal”. Sin embargo las circunstancias ahora son muy diferentes: “Hay material y además ya hemos conocido la situación, y la incertidumbre está más medida”.

La capacidad de fabricar estos materiales en el Hospital Virtual por tanto es limitada, pero sin embargo su reconocimiento como centro de referencia internacional sí abre una vía para la generación de los modelos: “Hemos hablado con varios países, entre ellos Israel, Alemania o Argentina, para que ellos, teniendo en cuenta nuestro diseño, pudieran hacer hisopos”. Además, el centro ha realizado pruebas para respiradores de ventilación: “Desde Idealab, junto a los clínicos y neumólogos de Valdecilla, se ideó diseñar y construir piezas de alta precisión a partir de las máscaras de Decathlon con el objetivo de usarlas clínicamente con seguridad”.

El rol de este centro especializado, resume Del Moral, es ser un ‘hub’ de clínicas y sector empresarial: “Trabajamos con la CEOE para ver cómo podían transformar su producción, con ENSA, con empresas de robots de higienización, con el CTC… En ese contexto hemos jugado el papel de catalizador, dinamizador, transformando nuestra misión inicial y adaptándonos”, explica el director del HvV, que destaca la excelente colaboración que se dio en aquellos primeros momentos de la pandemia: “La fabricación del hisopo se hizo en una semana cuando suele llevar meses, pero en ese proyecto estuvieron también los servicios de Microbiología y de Riesgos Laborales de Valdecilla, ingenieros de diseño y de producción, la empresa Metracrilatos y plásticos, ENSA…”.

Ahora, meses después del trabajo impulsado por aquella necesidad, Cantabria no está desabastecida de hisopos, de pantallas… “Las circunstancias vividas han servido para que el HvV se vea como una herramienta con la que trabajar mano a mano, como empresas de servicios y de generación de recursos y de transformación del modelo productivo”.

El motor del Hospital Marqués de Valdecilla

Rafael Tejido, director gerente del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.

El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla es un motor muy importante para Cantabria, también económico, y resulta el buque insignia de los hospitales de la región. Cuenta con 5.700 trabajadores y según destaca su director gerente, Rafael Tejido, puede generar mucho trabajo, investigación e innovación: “Valdecilla tiene densidad de talento y tenemos estructuras que nos unen como el Idival, la Facultad de Medicina, el Hospital Virtual y las empresas, que nos puedan ayudar a través de conciertos público-privados. Esa potencialidad es nuestra principal fortaleza y hay fondos, por lo que se puede crear empleo y aportar a la industria”.

Tejido considera que en el ámbito de las empresas relacionadas con la salud se han dado pocos pasos aún: “Pero el camino es largo, es un campo inmenso por el que debiéramos apostar. Es una oportunidad enorme, Valdecilla es muy importante, debiéramos tener una comunidad sanitaria capaz de crear riqueza e innovación en biomedicina, que puede generar puestos de trabajo y riqueza para la comunidad”.

El HUMV está bien abastecido de lo necesario para esta fase de la pandemia. Ya en la primera ola Valdecilla hizo acopio con antelación de los materiales necesarios y Tejido recuerda cómo lograron que el almacén estuviera surtido, aunque también guarda en su memoria los momentos de desabastecimiento de hisopos, tests y EPIs. “Sin embargo ahora todo el mundo está más preparado y se afronta de una forma diferente. A día de hoy tenemos de todo y lo esperable es que no tengamos problemas, si bien depende de cuánto va a prolongarse esta situación. Nosotros estamos aumentando materiales como los equipos de protección individual y los proveedores están respondiendo”. Según el gerente de Valdecilla, además, “el hospital tiene una marca a nivel internacional y por eso cuentan mucho con nosotros”.

Varios de esos proveedores se encuentran a día de hoy en otras comunidades autónomas, según se muestra en la web del Gobierno regional, pero poder contar en un futuro con empresas localizadas en Cantabria sería una ventaja, según admite el director del hospital cántabro: “Pueden servir de manera más personalizada en una situación complicada, mientras que en un mercado internacional eres uno más”, reflexiona Tejido, que por ello aboga por proteger de alguna manera a los proveedores cercanos: “En casa se sienten parte de la solución del problema, por eso me gustaría que fuera con empresas locales, es bueno que tengamos proveedores cercanos que estén motivados en las soluciones y que quieran trabajar por Cantabria y por Valdecilla”.

El camino parece abierto también para otros equipos necesarios, como la fabricación de las máquinas que procesan las pruebas diagnósticas o PCR. “Ahora hay muchas soluciones tecnológicas que van a posibilitar que en 3 o 5 años se vayan a poder hacer de forma local, con robots más simplificados. Ahora los pasos son más automatizados, por ejemplo con el robot Opentrons Covid 19 se pueden hacer muchas PCRs al día”.

Pero, ¿de qué dependería que las empresas cántabras aprovechen la oportunidad?: “Tenemos que trabajar un nexo de unión, un clúster. Contamos con la materia prima, lo que nos falta es organizarlo”, resume el director del Hospital Valdecilla.

Ignacio del Moral, director del Hospital Virtual Valdecilla.

Desde la Dirección General de Innovación también se percibe así la situación generada por la pandemia. Su titular, Jorge Muyo, asegura que estamos ante una oportunidad que Cantabria está en condiciones de aprovechar: “El de la salud es un sector que siempre va a necesitar avances científicos y tecnológicos”. Desde su Dirección General, Muyo impulsa la creación de un clúster, una idea que nació al inicio del confinamiento. Viendo la iniciativa espontánea de la sociedad de fabricar pantallas faciales y mascarillas, la Consejería de Industria percibió la necesidad de establecer canales formales para desarrollarlo y, en coordinación con la de Sanidad, y contando con Sodercan, el Idival, el Hospital Virtual y Valdecilla, iniciaron el proyecto.

El objetivo es impulsar un movimiento económico, industrial y productivo: “Queremos atraer inversiones, desarrollar sinergias con centros de I+D+I, ser una referencia a nivel nacional e internacional, fomentar la interrelación empresa-salud y las iniciativas de emprendimiento. Queremos que sea el germen de nuevos productos, procesos y servicios desde la industria hacia el ámbito sanitario”.

Un clúster transversal

Se proyecta incluir subsectores más allá de la industria asistencial, integrando diferentes tecnologías, como las de la información y la comunicación. “Pueden participar además empresas de materiales sanitarios innovadores, infraestructuras para hospitales, impresión 3D y realidad virtual, diseño de nuevas herramientas o robotización. A ello se añaden los servicios, hostelería, limpieza, etc. También está el ámbito científico: nuevos medicamentos y sistemas de análisis, innovación en laboratorios, y de investigación: vacunas, sueros, medicinas, que es ya una industria en sí misma y se apoya en el I+D”. A todo esto se suma el sector del transporte y la logística, que facilita el acceso al material y evita desabastecimientos, y la participación activa de los profesionales de la sanidad: “Queremos que se impliquen en desarrollos industriales, que las empresas vayan al hospital y el hospital vaya a las empresas, que intercambien información y sean más socios”. El modelo descrito es inédito, ya que, según relata Muyo, a nivel nacional e internacional hay clústeres científicos, pero uno que incluya todos estos subsectores no hay: “El clúster que estamos diseñando quiere buscar soluciones industriales a todas las necesidades que hemos detectado”.

Una vez realizado el análisis estratégico, llega el plan de acción, empezando por un mapeo de empresas y profesionales. Las conversaciones con el sector empresarial se realizarán por Sodercan y, según las previsiones, a mediados de 2021 habrá una cartera de servicios y proveedores de habilidades científicas, tecnológicas e industriales de la región. Se trata, según explica Muyo, de detectar empresas que puedan dar soluciones al sistema de salud.

Los hisopos usados en las pruebas PCR.

La pregunta que puede surgir es si antes de que la iniciativa fructifique podemos quedarnos desabastecidos. Muyo cree que no: “Hemos visto acciones de diversificación de productos de empresas y nuevas líneas de producción, como las mascarillas y el gel. Las empresas de Cantabria han visto una oportunidad empresarial en esos productos, por lo que creo no habría ese problema”.

Además de la fabricación de esos materiales, la proyección puede ir mucho más allá, basándose en el “enorme potencial” que, señala el director de Innovación, tiene Cantabria, con Valdecilla, el Hospital Virtual y el Idival. Muyo enumera los avances en impresión 3D del HvV: “Un área en la que está muy bien posicionado y que le permite empezar a proveer a los hospitales”. También incluye el desarrollo de operaciones quirúrgicas ayudadas de la realidad virtual que implementa: “Es uno de los pocos a nivel internacional que cuenta con ello y eso se puede ya vender”, asegura.

Por su parte el Instituto de Investigación de Valdecilla, el Idival desarrolla proyectos europeos de telemedicina por el que se han interesado varios países. “Hay muchas cosas que se están haciendo, como la monitorización de pacientes de forma remota, la llamada sensórica o la analítica, con productos que ya se pueden vender en un catálogo de servicios. En robótica quirúrgica y 3D todas las regiones que conocen nuestros proyectos han estado interesadas en replicarlo. Francia, Irlanda, Finlandia, han intercambiado información con el hospital y están interesados en desarrollarlos. En fabricación de mascarillas China puede ganar, pero en soluciones tecnológicas podemos liderar a nivel nacional e internacional. Queremos ser un poco ‘vendedores’ de todo este conocimiento”, resume Muyo.

En cuanto a la inversión, Muyo aboga por un modelo europeo de I+D por el que se definen misiones o proyectos encaminados a un objetivo final. La previsión es incentivarlos con subvenciones: “En los últimos meses ha habido una revolución en este campo, con empresas reutilizando sus cadenas de producción, y hay que aprovechar ese impulso”. Se puede beneficiar también del apoyo del Gobierno central y de fondos europeos de reconstrucción. Ya se consigan o no, lo que define Jorge Muyo como seguro es que el clúster ha venido para quedarse: “Evidentemente tendrá apoyo regional, ya que es un proyecto del Gobierno de Cantabria, pero no perderemos ninguna fuente de financiación que tengamos al alcance”.

PCRs portátiles

Una de las empresas de Cantabria que ha visto una oportunidad en la situación actual ha sido Soningeo. A través de su filial Torrelab ha decidido distribuir en España y Portugal un aparato portátil de fabricación francesa con el que se obtienen los resultados de las pruebas de diagnóstico PCR en aproximadamente 40 minutos. Enrique Conde, propietario de la empresa, explica que aunque no se han dedicado al sector de la salud hasta ahora, pensaron que es una metodología que no había y que puede facilitar la forma de hacer las PCRs ya que no hay que ir a los laboratorios, el sanitario puede acudir donde esté la persona: “Evita desplazamientos de personas mayores, puede agilizar el trabajo de ambulatorios, empresas, etc. Da una facilidad importante”.

Acaban de comenzar y en Cantabria un laboratorio ya ha comprado el producto. Conde explica que, pese a su idoneidad, la distribución del producto no esta siendo fácil: “Este es un sector donde las grandes firmas farmacéuticas dominan el mercado, pero pensamos que puede ayudar mucho a las personas y con esa ilusión lo estamos moviendo. Lo vimos como una oportunidad muy buena de servir a la sociedad”.-

Además de su posición al frente de Soningeo, Enrique Conde preside CEOE-Cepyme en Cantabria y desde esa atalaya considera positivo la creación de un clúster de la salud. Incide en que el objetivo debe ser la creación de empresas en torno a la destacada actividad médica de nuestra región: “Hay que potenciar un tejido empresarial alrededor de Valdecilla y el resto de entidades públicas. La pura realidad es que a día de hoy hay pocas empresas que se dediquen a la actividad sanitaria. En CEOE apostamos por ello, está ahí para apoyar, pero con el ánimo sobre todo de impulsar un entorno empresarial sanitario, los empresarios deben tener más protagonismo. Valdecilla es un potencial impresionante, colaboramos con el Idival, con el IBBITEC… y creemos que hay que dar valor a lo que tenemos, pero hay que impulsar la creación empresarial”.