,

Un renovado impulso para el Club Cámara

La Cámara de Comercio de Cantabria promueve la interrelación entre las empresas con actividades que combinan el componente lúdico con la generación de contactos que abran la posibilidad a nuevas relaciones de negocio. Con la internacionalización, la sostenibilidad y la digitalización e innovación como ejes, el Club Cámara ofrece formación a medida, la posibilidad de usas las salas e infraestructura de la sede cameral y descuentos en las actividades que organiza la entidad. Con una cuota que va de los 100 euros que paga un autónomo a los 3.000 que abonan los ‘partners’, la plataforma, que cuenta actualmente con 250 socios, quiere alcanzar los 300 antes de que acabe el año.

José Ramón Esquiaga |  @josesquiaga | Julio 2024

No es una iniciativa completamente nueva, y tampoco es la primera vez que la Cámara de Comercio de Cantabria busca nuevas vías para aumentar su catálogo de servicios y su atractivo para las empresas. Pero el renovado planteamiento que se ha realizado al Club Cámara dota a esta plataforma de argumentos para hablar, cuanto menos, de un cambio de naturaleza. Frente a la atonía y falta de definición que le ha caracterizado en muchos momentos desde que el conjunto de cámaras de comercio pusieran en marcha esta red, la de Cantabria ha conseguido activar varias vías que consiguieron aumentar su atractivo y utilidad. Lo que se pretende ahora es darle un nuevo empujón.

Francisco Dueñas es hoy el responsable del Club Cámara, tras heredar esas funciones de Ana González Pescador, a quien no duda en señalar como la ideóloga de la transformación que ahora le toca a él dotar de continuidad. De ella partió la idea de hacer pivotar el Club Cámara sobre el concepto ‘doing business’, poniendo los medios que puede articular la cámara al servicio de sus socios, pero sobre todo haciéndolo para alcanzar objetivos concretos en beneficio del conjunto. “Se trata de dar forma a un verdadera plataforma de negocios, ofreciendo ventajas específicas a los socios, recogiendo sus ideas y generando una red de contactos”, resume Dueñas.

Los diferentes ‘clubes’ a los que han ido dando forma las distintas cámaras españolas se concibieron como una alternativa para que estas entidades captasen socios dispuestos a abonar una cantidad determinada por pertenecer a ellos, sustituyendo así en cierto modo a lo fue la cuota cameral obligatoria con la que estas corporaciones de derecho público se financiaron hasta 2012. Pero lo cierto es que, más allá de ese objetivo genérico, pocas fueron las que concretaron qué hacer para que a una empresa determinada le compensase pagar una cantidad anual a cambio de la pertenencia a ese círculo empresarial. “No se ha hecho mucho, eso es cierto, y eso es lo que planteó cambiar Ana, dotando de contenido al club de manera que a sus socios les sea rentable el pago de la cuota. Y sobre todo queremos que quienes sea miembros del club nos usen, porque si nos usan salimos baratísimos”, asegura Francisco Dueñas.

Francisco Dueñas, responsable del Club Cámara, y Rosa Vega, vicesecretaria y directora de Operaciones de la Cámara de Comercio de Cantabria. Foto: Nacho Cubero.

Los miembros del Club Cámara pagan una cuota variable, que se fija en función de la facturación de las empresas y que va desde los 100 euros anuales que pagaría un autónomo a los 3.000 que corresponden a los ‘partner’, pasando por los 300 que abonan los colegios profesionales. A cambio de esa cantidad tienen derecho por ejemplo a un primer uso gratuito de las salas y equipos de la Cámara de Comercio, y a un descuento del 50% las siguientes. “Solo con eso ya hay muchos socios que rentabilizarían su pago, pero que es que lo que ofrecemos es mucho más que eso”, apunta el responsable del Club Cámara. Dueñas enumera alguna de esas ventajas: un 25% de descuento en las acciones formativas, con la posibilidad de diseñarlas a medida de lo que precisen los socios, apoyo a la asistencia jurídica de las empresas o la difusión de los logros y noticias generados por las empresas miembros en el boletín y las redes sociales del Club Cámara. A ello hay que añadir el amplio abanico de oportunidades que pueden generarse a partir de la interrelación entre quienes forman parte de la red, a la que sus responsables orientan en todo momento a la consecución de este objetivo.

Entre lo lúdico, lo social y lo profesional

Las jornadas organizadas en el marco del Club Cámara constituyen el principal escenario, aunque no el único, en el que pueden propiciarse esos contactos entre socios de los que luego pueden resultar oportunidades concretas de negocio. Son también el principal ejemplo del enfoque que se busca con la plataforma: aunar lo lúdico y lo social con lo empresarial, a través de eventos aptos tanto para desconectar del día a día como para presentar la propia empresa y conocer la del resto en un marco alejado de la rutina y los formalismos del día a día.

Como en otras áreas de la actividad del club, la organización de las jornadas está abierta a las sugerencias de los miembros. Es el caso, por ejemplo, de la organizada por Guppy el pasado 5 de marzo, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Eficiencia Energética, reuniendo a un grupo de empresarios del Club Cámara para disputar una prueba de conducción eficiente con los vehículos eléctricos facilitados por esta empresa. Aunque el resultado era lo de menos, los ganadores de esta primera edición de la ECORuta fueron Ingram Micro, Edscha Santander, Grupo Amper e Incentro. “Lo cierto es que lo pasamos muy bien, y también fue una oportunidad para que los participantes se conocieran de una manera muy distinta a como lo hubieran hecho en un encuentro formal de sus empresas”, señala Francisco Dueñas, que considera que ese es solo un ejemplo de las actividades que pueden llevarse a cabo en el seno del club, tan variadas como lo sean las ideas de sus miembros.

Actualmente el Club Cámara cuenta con 250 socios, entre los que se cuentan la mayoría de las mayores empresas de Cantabria. El objetivo, apunta su responsable, es alcanzar los 300 miembros antes de que acabe el año, para lo que confía en las labores de difusión de la propia Cámara de Comercio y en las que puedan realizar los propios socios a partir de su experiencia, pero también en la incorporación de nuevas ventajas que añadan atractivo a esta plataforma empresarial. Menciona, por ejemplo, la posibilidad de que los socios puedan utilizar servicios similares a los que disfrutan en Cantabria en otros puntos de España, o incluso en el resto de Europa, aprovechando la extensión de la red cameral. Pero sobre todo insiste en la idea central que inspira el proyecto: que los socios utilicen la red, que aprovechen lo que esta ofrece pero, al tiempo, que propongan iniciativas que puedan encajar en lo que siempre han sido los elementos distintivos de la oferta cameral, y que lo son también de la plataforma: la internacionalización, la sostenibilidad y la digitalización e innovación.