Una flecha en Flandes
String Flex, fabricante cántabro de cuerdas para tiro con arco, ha comenzado a elaborar sus productos con un material desarrollado por su propio departamento de I+D, al tiempo que ha lanzado su propia línea de calzado específicamente concebido para los arqueros, un producto del que hasta ahora no existían precedentes en el mercado. Tanto los nuevos compuestos de fibra como las zapatillas se fabrican en España y se exportan a todo el mundo, incluyendo Asia, dando la vuelta a lo que es habitual en la relación entre marcas y proveedores en todo el mundo.
Texto de Jose Ramón Esquiaga @josesquiaga
Cuando String Flex comenzó a fabricar cuerdas para tiro con arco no había nadie que hubiera sido capaz de industrializar una actividad que, para conseguir un producto como el que demandaban los deportistas, debía moverse en un terreno lindante con lo puramente artesanal. Más allá del éxito que supuso sacar adelante aquel reto, en aquellos orígenes está también una de las señas de identidad de la empresa, que en todo momento ha ido avanzando al ritmo que le marcaban sus propios desafíos, en una dinámica que la ha llevado a convertir sus necesidades en productos. Mucho de eso hay en el último gran paso dado por la empresa cántabra, que ha comenzado a elaborar sus cuerdas con un material desarrollado por ellos mismos, y también en la apertura de una línea de producto completamente nueva, entendida esta condición –la novedad– en su sentido más literal: las zapatillas deportivas para tiro con arco no estaban anteriormente en la gama de la empresa, pero es que tampoco existía nada parecido en el mercado. Hoy por hoy, y en tanto ningún otro fabricante siga el camino abierto por los cántabros, los arqueros que quieran unas zapatillas diseñadas de acuerdo a las necesidades de su deporte solo pueden calzarse las Archery Laces de la empresa cántabra.
Por más que se trate de productos completamente distintos, los nuevos materiales para las cuerdas y el nuevo calzado tienen algún otro punto de coincidencia además de haberse desarrollado de forma paralela en el tiempo. Ambos han sido concebidos por el departamento de I+D+i de la empresa cántabra, que ha encargado su fabricación a ‘partners’ españoles con los que ha trabajado codo con codo. Ambos también, como todo lo que hace la empresa cántabra, encontrarán su principal mercado fuera de España, también en territorios especialmente complicados para un fabricante europeo, como el asiático o la propia China. Fuera de esas zonas comunes, y de su relación con el deporte que es la razón de ser de String Flex, los puntos en común son escasos.
A diferencia de lo que sucede con las zapatillas, los nuevos compuestos con los que String Flex está ya fabricando sus cuerdas son un componente, y no el producto final que llega a los compradores. Eso no le resta importancia estratégica al desarrollo realizado, dado que las fibras, y lo que se hace con ellas, juegan un papel clave tanto en las prestaciones de la cuerda como en el proceso de fabricación. El fabricante cántabro elabora sus cuerdas a partir de una materia prima que llega en forma de bovinas de hilo, con el que se trenzan después las cuerdas.
El material base de esos hilos son diferentes tipos de fibras, normalmente derivados del poliéster que fabrican unas pocas multinacionales con denominaciones registradas y relativamente conocidas, como Kevlar, Spectra o Dineema. Pero no son ellos quienes hacen las bovinas que emplea String Flex, sino unas empresas que transforman esa materia prima, combinándola y dándole las ceras y color que precisa el uso que vaya a dársele, que puede ser tanto la elaboración de prendas de vestir como las cuerdas para arco que se hacen en Cantabria. Es a esas empresas transformadoras a las que ahora String Flex está en condiciones de sustituir como proveedoras, utilizando su propio material. Lo que se consigue con ello no es tanto un ahorro como un control completo del proceso, lo que permite que el producto final –la cuerda– tenga exactamente las características que se buscan.
String Flex fabrica cuerdas para arco olímpico, tradicional y de poleas, cada uno con sus propias características lo que, combinado con las decenas de condiciones específicas que pueden buscarse en cada cuerda, da como resultado un catálogo en el que las referencias se cuentas por miles. El nuevo material permite ajustar aún más esas características, entre ellas el rango de temperatura de trabajo, fundamental también en el proceso de fabricación y almacenamiento. Además de utilizarlo como componente para sus cuerdas, String Flex ha comenzado ya a vender ese material a otros fabricantes.
Zapatillas para tiro con arco
El proceso que ha dado como resultado la fabricación de zapatillas tiene un curioso punto de arranque: los arqueros utilizaban cordones de zapatos para colgar el arco de sus muñecas, y evitar que cayese al efectuar el disparo. String Flex empezó a fabricar cordones específicos para esa función, un complemento excelentemente acogido por los arqueros. Estos en cambio no contaban con ningún calzado concebido para ellos, a diferencia de lo que sucede en prácticamente cualquier otro deporte. La combinación de esas dos circunstancias –el éxito de los cordones y el que no existiera competencia para las zapatillas– animaron a diseñar el primer modelo y buscar fabricante. La colección llegó al mercado el pasado otoño, con una acogida que ha confirmado las mejores previsiones que manejaba la empresa.