Una voz para las VTC
En Cantabria operan unos 80 vehículos con licencia para prestar servicios de alquiler con conductor, aunque el número total de autorizaciones es sensiblemente mayor. La recién creada Asociación para el Desarrollo y Divulgación en Cantabria de las VTC quiere conseguir un convenio colectivo para las empresas del sector y representantes en sus relaciones con la administración regional.
José Ramón Esquiaga | @josesquiaga | Junio 2021
Fundada el año pasado coincidiendo con el final del confinamiento, la Asociación para el Desarrollo y Divulgación en Cantabria de las VTC (Adesdican-VTC) ha venido trabajando desde entonces en unos objetivos que, además de los que recoge en su denominación, pasan por alcanzar la máxima representatividad del sector, firmar un convenio colectivo para el mismo y sacar adelante reivindicaciones que homologuen el servicio que prestan –alquiler de vehículos con conductor– a otras modalidades de transporte de viajeros por carretera. De acuerdo con los datos que maneja la asociación, en Cantabria operan hoy unos 80 vehículos con licencia para prestar este servicio, de los que 70 lo hacen para alguna de las 10 empresas que forman parte de Adesdican. “Es verdad que en Cantabria se concedieron en su día más autorizaciones, en torno a 160, pero la mitad de ellas las tienen vehículos que no circulan en la región”, asegura José Martínez, presidente de la asociación.
La creación de Adesdican se decidió tras constatar que la falta de una voz única situaba al sector en situación de desventaja frente a otros colectivos, como el del taxi, en un momento en el que era necesario tomar decisiones importantes para las empresas. Adesdican quiere que los vehículos con licencia VTC puedan circular por carril-bus y tener facilidades para aparcar en el aeropuerto. Además reclama un sistema de ayudas que sirva para paliar la caída de ingresos que se ha producido a consecuencia de la caída de la actividad debida a la crisis sanitaria. En relación con el conflicto con el servicio de taxis, José Martínez admite que la comunicación no es fácil, pero defiende que se trata de negocios diferentes y que es posible la convivencia: “En nuestro caso solo podemos trabajar cuando el servicio ha sido precontratado, ni podemos esperar a los clientes en una parada, ni recogerlos ante una petición a mano alzada. Competimos con el taxi, por supuesto, pero creemos que hay espacio para ambos”.