Viajar por deporte

El turismo que se realiza para participar o asistir a eventos deportivos motivó el año pasado más de cinco millones y medio de desplazamientos, que generaron un gasto por valor de 2.500 millones de euros, dando forma a un mercado que no ha dejado de crecer en los últimos años y que genera empleo en un amplio abanico de actividades, y no solo en las directamente vinculadas con la hostelería o el transporte. Con un gran valor como reclamo para visitantes extranjeros y con capacidad para generar demanda fuera de temporada, el turismo deportivo cuenta en Cantabria con algunos reconocidos casos de éxito, pero sufre una escasa visibilidad de la oferta y está prácticamente ausente en las políticas de promoción de la región como destino.

J. Carlos Arrondo | Julio 2019

Los últimos datos de la Encuesta de Hábitos Deportivos señalan que casi la mitad de la población española práctica algún deporte al menos una vez a la semana y que cuatro de cada diez personas asistieron a espectáculos deportivos durante el año anterior. La tendencia a llevar una vida más saludable o al crecimiento personal a través de la automotivación, así como la diversificación en la oferta de especialidades de las que poder disfrutar como practicante o como espectador son las principales razones que explican el auge actual del deporte. Un indicador de ello es que, según la Encuesta de Población Activa, el empleo vinculado a esta actividad ha aumentado el 43% en los últimos siete años. Además, el efecto se está expandiendo a un sector tan importante en la economía española –el 11,7% del PIB en 2017– como es el turismo, al que ya se le está añadiendo el adjetivo ‘deportivo’ para designar a una de sus variantes con mayor potencial de crecimiento futuro.

“El deporte es un fenómeno de tiempo libre cada vez más atractivo para el turismo. Son dos conceptos sociales importantes con un efecto global. La sinergia beneficia la diferenciación del producto, mejora las ventajas competitivas del destino turístico y promueve su desarrollo socioeconómico”, explica Nicole Kalemba, investigadora del grupo Noutur –Nuevas Perspectivas en Turismo y Ocio– de la Universitat Oberta de Catalunya, quien delimita la noción de turismo deportivo: “Es un viaje fuera del entorno habitual que se realiza por razones no comerciales, en grupo o individualmente, para participar de forma activa en competiciones o actividades deportivas o de manera pasiva observándolas”. De acuerdo con esta definición y según el Anuario de Estadísticas Deportivas del Ministerio de Cultura y Deporte, en 2018 los residentes en España realizaron 4.130.000 viajes de ocio, recreo o vacaciones debidos principalmente a motivos deportivos –el 11% más que en 2015– y se produjeron 1.473.000 entradas del mismo tipo por parte de visitantes internacionales –un incremento del 53% en tres años–, con un gasto total asociado de 1.027 y 1.414 millones de euros, respectivamente.

Contra la estacionalidad

Para la investigadora del grupo Noutur, que ha centrado buena parte de sus trabajos en esta materia, el turismo deportivo está asociado a la calidad de vida y a la motivación, contribuye al crecimiento sostenible y a crear o mejorar la imagen de los destinos, ayudando además a combatir la estacionalidad: “Por ejemplo, a pesar del mal tiempo que hizo en Semana Santa, los hoteles de Cambrils, Salou, Vila-Seca y La Pineda pudieron tener una ocupación media del 85% gracias a torneos como los de Mare Nostrum Cup, Costa Daurada Cup o el Mundialito”. El concepto es tan amplio que engloba desde acontecimientos de alta competición hasta actividades más recreativas. Hay competiciones en categorías infantiles que movilizan a toda la familia y generan muchos ingresos. Una tendencia reciente es aprovechar los centros de alto rendimiento deportivo para atraer a equipos que realicen en ellos sus concentraciones de preparación. “Una parte importante es el turismo deportivo de grandes eventos. Según la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, la final de la Champions ha tenido un impacto económico de aproximadamente 65 millones de euros, con una ocupación media del 95%”, destaca Nicole Kalemba.

El surf es la actividad deportiva que mas visitantes atrae a Cantabria y también la que mas actividad genera.

El Anuario de Estadísticas Deportivas dibuja el perfil de los viajes vinculados al deporte que los residentes en España realizaron en 2018: el 83,8% tuvieron como destino el territorio nacional, el alojamiento principal en el 44,1% de ellos fue en hoteles o similares y en el 15,4% en viviendas alquiladas y el 80,5% fueron de corta duración, fundamentalmente –el 58,9%– de fin de semana. Como en todo fenómeno turístico, los sectores más beneficiados son la hostelería y la restauración, así como el transporte en general. Sin embargo, el componente deportivo hace que el impacto económico se extienda a otros: “Crea oportunidades en negocios como los de fisioterapeutas o dietistas. La organización de las competiciones también genera empleo, porque se necesita personal de coordinación, seguridad, etc”, resume la profesora de la UOC. Considera que para alcanzar el éxito, además de disponer de buenas infraestructuras deportivas, de alojamiento y de transporte, hay que posicionar el destino para que sea importante: “Son puntos clave la creación de imagen y las estrategias de promoción como marca”.

Las características meteorológicas de Cantabria limitan sus opciones en el mercado del turismo de sol y playa. Sin embargo, su naturaleza singular y la tradición atesorada en el deporte suponen condiciones muy favorables para posicionarse como destino de turismo deportivo. “Cantabria tiene muchas posibilidades por la montaña, los ríos y el mar. Tiene viento y olas, que son los factores para la vela o el surf; tiene la referencia de Severiano Ballesteros, que puede atraer a jugadores de golf”, apunta Nicole Kalemba, y añade: “Esto da pie a promocionarlo mucho más, pero no se le da aún la importancia que debería tener”. Desde su perspectiva, la falta de visibilidad que la oferta deportiva tiene entre el conjunto de la promoción turística es un problema del que adolece la estrategia cántabra y la de la mayor parte de las instituciones estatales, autonómicas y municipales del país. A veces se apuesta por el turismo deportivo, como ha hecho Santander acogiendo eventos internacionales, ‘stages’ de selecciones, etc, pero cree que no es suficiente: “Ahora falta el desarrollo hacia la demanda”.

El «Soplao´´ es el principal ejemplo de lo que una prueba deportiva puede aportar.

El Anuario de Estadísticas Deportivas muestra que el 65,4% de los viajes de residentes españoles en los que se practicaron actividades deportivas en 2018 estuvieron vinculados al senderismo y montañismo, muy por delante del 8,5% a los deportes náuticos o el 4,6% a los deportes de invierno. En el caso de las entradas de turistas internacionales en las que se realizaron deportes, el 26,8% estuvieron relacionadas con el senderismo y montañismo, el 20,4% con modalidades náuticas y el 12,2% con el golf. La investigadora de la UOC advierte que hay más personas que hacen deporte y en más especialidades: “Hay un boom de las carreras de 5 o 10 kilómetros y de las medias maratones, el ciclismo está en auge, el golf o los deportes náuticos antes eran secundarios y ahora son cada vez más importantes”. En su opinión, es comprensible que entre toda esta variedad destaque el deporte en la naturaleza: “Porque es saludable y se practica con la familia o con amigos”.

La capacidad de atraer participantes que tienen una prueba atlética como los ‘100 Kilómetros Ciudad de Santander’ –que ha celebrado este año su cuadragésimo aniversario– o una competición como ‘Los 10.000 del Soplao’, que incluye pruebas ciclistas, de natación y carrera y marcha a pie, confirman que la oferta en Cantabria tiene la capacidad de conectar con las preferencias de la demanda de los viajeros deportivos. Un caso de éxito estásiendo también el del surf, especialmente por iniciativas como la de Ribamontán al Mar, que con su Plan de Competitividad en torno a este deporte se ha posicionado como destino turístico especializado y modelo de referencia. “El surf hoy en día es un motor económico muy importante y en muchos municipios costeros puede ser un revulsivo. Tenemos turismo y deporte para enfocarlo y seguir el ejemplo de Ribamontán al Mar”, propone Pedro García, presidente del club Obsession A2, organizador del campeonato internacional de olas grandes ‘La Vaca Gigante’ y de la ‘ObsessionA2 Fussion’, competición que combina pruebas de surf, snow y skate.

Pedro García cree que el surf también es un potente motor de imagen y por eso su club está desarrollando el proyecto ‘ObsessionA2 por Cantabria’: “Hemos propuesto a actores, presentadores y personas relevantes en España que vengan a disfrutar de las olas y de otras actividades paralelas. Están conociendo Cantabria, lo están publicando en las redes sociales y están haciendo que el surf sea un escaparate para que mucha gente quiera venir”.

El fomento de la imagen es un aspecto estratégico, aunque para establecer un destino turístico deportivo hay que avanzar algo más. “Es imprescindible la promoción, el marketing y salir fuera del propio entorno, que a nivel general yo creo que es lo que falta”, señala Nicole Kalemba. Para la investigadora del grupo Noutur de la UOC estamos en el momento preciso para apostar por el turismo deportivo: “Es un concepto lógico y sencillo que puede ser clave para un destino. Vale la pena potenciarlo porque cada vez hay más gente que viaja por el deporte”.